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viernes, 22 de marzo de 2013

La peticion de Corrine, por Carrie

Hola de nuevo.
Aqui nuevamente para traeles un nuevo capitulo desde lo mas recondito de los bits de mi computadora, gracias por comentar y leernos, es genial contar con personas como ustedes que nos apoyan como lo hacen ;)
Sin mas las dejo Leyendo


Las cosas parecían tener mejor perspectiva ahora, por supuesto, en lugar de ver el vaso medio vacío como antes ahora lo veía medio lleno, mas porque me dedicaba las horas en pensar como vengarme de esa brujas que en sentarme a sentir lástima de mi misma, después de semanas comenzaba a sentirme más como yo.
Volví a casa después de que Mark llego a casa de Morgan, aunque era ridículo e infantil, aun no quería verlo pero no me quedaba de otra, Mark era nuestro ángel y no había forma de evitar que formara parte de mi vida cotidiana.
Al llegar a casa me sorprendí al ver a mi madre preparando la cena y a mi molesto hermano menor ayudándole.
-          Llegas temprano hoy –dijo mi madre con una sonrisa.
-          No tenia gran cosa que hacer –le respondí.
-          La nueva vecina nos ha invitado a una parrillada el sábado –me informo mi hermanito.
-          ¿Qué nueva vecina? –me extrañe.    
-          Una tal Allison –respondió mi madre –acaba de mudarse al vecindario con su marido.
¿Allison? No, tenía que ser una coincidencia, además había muchas Allison en el mundo,  no podía ser la misma.
Aporrearon la puerta con fuerza y me puse a la defensiva de inmediato.
Cuando la abrí me quedé pasmada, Corrine estaba hecha un mar de lágrimas a punto de derrumbarse y al verme se arrojo a abrazarme.
-          ¿Qué pasa, Corrine? –me asuste – ¿Le paso algo a Morgan?
Ella negó de inmediato pero siguió llorando.
No podía contener los sollozos y yo me sentía muy impotente por no poder tranquilizar a mi hermana, mas aun por no saber qué era lo que la hacía sufrir.
Subimos a mi habitación y eche el pestillo a la puerta.
-          ¿Qué te pasa? –le pregunte preocupada.
-          Es mi padre –dijo entre sollozos –ha vuelto.
Se me callo la quijada de la impresión pero trate de recomponerme rápido.
-          ¿Quién es tu padre?
-          Bruce, el nuevo profesor, es mi padre –estallo.
Ya no podía descifrar si estaba triste o enfadada, creo que era una combinación de ambas.
-          ¿Quién te lo dijo? –interrogué.
-          Allison, ella me lo dijo –soltó con rabia.
-          ¡Esa perra! –sisee frustrada.
-          Eso no es lo peor, el es el esposo se Allison –ahora parecía estar más enfadada.
¿Allison estaba casada con el padre de Corrine?... Entonces… entonces…
-          ¡Allison es mi madre! –grito – ¡La mujer que nos ha destrozado la vida, es mi madre!
Se tiro en la cama cubriéndose el rostro sollozando aun mas fuerte pero el sonido se amortiguaba por las palmas de sus manos.
Allison era la madre biológica de Corrine, no tenía sentido, ¿Por qué lo oculto? Eso explicaba por qué Morgan la aborrecía tanto, ella había abandonado a Corrine y él lo sabía, por eso le molestaba tanto que la hubieran elegido como nuestra guía, porque no fue capaz de quedarse a proteger a Corrine cuando era una bebé indefensa.
-          Y la maldita tuvo el descaro de invitar a mis padres a su parrillada –dijo más tranquila – ¡Va a romperles el corazón!
No sabía que decir, la abrace.
Unos golpes tímidos tocaron mi puerta.
-          Ahora no mamá –le pedí.
-          No soy tu madre –dijo Cathy.
-          ¿Quieres abrir? –me pidió Morgan malhumorado.
Me levante abrí la puerta y los deje pasar, incluyendo a Mark quien acompañaba a Cathy y Morgan.
Mark abrazo a Corrine y Morgan se paró a mi lado.
-          Tranquila, no van a decir nada –le susurro Mark.
-          Por el momento –contradijo Morgan.
Mark fulmino a Morgan con la mirada.
Me estaba confundiendo, Morgan y Mark lo sabían, claro… pero, por que no habían dicho nada.
-          No era nuestro deber – me dijo Mark.
Mar siempre fue bueno para saber lo que pensaba.
-          Claro –bufe –como siempre tu deber es primero, nada más te importa ni Cathy y Morgan o nosotros ¿cierto?
El recibió mis palabras como un golpe y el dolor se noto en su mirada y por algún motivo sentí satisfacción al verlo. Estaba entrando en esa fase de, “si yo sufro tu sufrirás conmigo”.
-          Este no es el momento Carrie – dijo Cathy tratando de tranquilizar mi ira.
-          No quiero verlos – murmuro Corrine – no quiero que estén cerca de mí, no quiero que me hablen.
-          Puedo hacerlos desaparecer, ya sabes solo necesito cloroformo, una cuerda, un par de escaleras y una cabra –dije tratando de hacer una broma.
Corrine sonrió levemente y miro a Morgan.
-          Tienes que hacer algo, lo que ser Morgan pero, no lo quiero cerca de mi vida, los odio…   

miércoles, 20 de marzo de 2013

Paternidad, por Corrine

Hola!
Espero que les este gustando como va esto, pues bueno, les traigo un nuevo capitulo, disfrutenlo.
Las dejo leyendo


Habían sido días agotadores, en especial para Cathy, aunque claro, todas estábamos preocupadas por Morgan, para ella era una tortura, después de todo lo amaba.
En segundo plano estaba Carrie, la cual estaba de pésimo humor, y no dejaba de despotricar en contra de las brujas por atacar a su mejor amigo y la venganza se había convertido en su palabra del mes.
Y en tercer plano estaba yo, tan preocupada por todo el mundo, mis padres entraban en la categoría de preocupación principal, más por el hecho de que mis padres biológicos aparecerían en cualquier momento tratando de arrebatarme por la fuerza del mundo que conocía y del que no me quería alejar.
Carrie y yo estábamos en la escuela, en clase de idiomas, aunque hacia casi dos semanas que no había profesor de idiomas, por un extraño motivo y después de casi quince años de dar clases de idiomas solo renunció y se fue, se fue del su casa y del pueblo, solo dios sabe por qué motivo.
Recargue mi cabeza en mis manos con una total sensación de monotonía y me quede mirando al pizarrón fijamente.
-          Cathy me envió un mensaje – me dijo Carrie – dice que Morgan despertó.
El tono sombrío de Carrie había desaparecido, pero seguía teniendo esa chispa en la mirada, la que había dejado tras cuando ella y Mark rompieron. Sonreí por eso.
-          ¿Qué te parece si vamos a verlo saliendo de clases? –le ofrecí.
-          Supongo que madame perfección no planea irse de pinta, ni siquiera por que su guardián –murmuro en tono de burla.
-          ¡Carrie! –me alarme.
-          Solo bromeo –me tranquilizo.
La puerta del salón se abrió de golpe y entro un señor con un maletín, lo dejo caer en la mesa y se recargo en el escritorio.
Me quede como tonta mirándolo, en su mirada llevaba un dejo de misterio que impactaba, aunque el aura que lo rodeaba parecía ser completamente obscura.
-          Buenos días –saludo –yo soy Bruce y seré su nuevo profesor.
Se formo tención en el salón, o al menos eso fue lo que yo sentí.
-          Antes de comenzar, primero me gustaría conocerlos primero así que se presentaran uno a uno, dirán su nombre y un dato curioso acerca de ustedes.
Así fue como comenzó, cada uno de nuestros compañeros se fue presentando y diciendo algo sobre ellos hasta que llegaron a Carrie y de inmediato me puse nerviosa porque después de ella seguía yo.
-          Yo soy Carrie Kendal y toco la guitarra –dijo encogiéndose de hombros.
-          Genial – le sonrió el profesor – ¿tienes alguna banda favorita?
-          Es un empate entre Nirvana, los Beatles y Patti Smith. 
Me levante del mi pupitre mirando el piso, me sentía tan insegura.
-          Yo… me llamo… –comencé a susurrar – soy Corrine Abbot.
Me senté de inmediato evitando la mirada de todos, por algún motivo aquel señor me ponía de nervios, no recordaba haberme sentido tan indefensa e insegura en mi vida.
-          ¿No dirás nada más Corrine? –me pregunto el profesor.
Negué de inmediato.
-          Por supuesto – comenzó a reírse uno de mis compañeros – ninguno de nosotros, los plebeyos, merecemos saber detalles de la vida de la princesa Abbot.
-          Cierra la boca o vas a tragar agua de inodoro –lo amenazo Carrie.
Comenzó una especie de batalla de insultos en el salón y yo me percate de que el profesor no me quitaba la mirada de encima.
El resto del día se me hiso lento y tedioso, a diferencia de Carrie, quien había vuelto a ser la misma chica de antes, la chispa que encendía el cerillo.
Llegamos a casa de Morgan y parecía muy sonriente, al igual que Cathy y tenía sentido pues hasta hace unas horas Morgan estaba muriendo.
-          Te taje los apuntes –le dije a Cathy al pasar por su lado.
-          Gracias.
-          ¿Te pasa algo? –me pregunto Morgan.
¿Qué si me pasaba algo? Pues claro que me pasaba, me pasaban muchas cosas.
Le sonreí y negué con la cabeza.
A los poco minutos llego Mark con comida china y como siempre Carrie desapareció al instante, eso del acto de desaparición comenzaba a fastidiarme.
Al momento de salir Carrie entro Allison y tras de ella el profesor de idiomas.
-          ¿Qué hace el aquí? – pregunte alarmada.
-          El es mi marido – respondió Allison quitándole importancia.
-          Magnifico – bufo Morgan – ahora los dos están reunidos.
Allison pasó por su lado y se paro junto a Mark.
-          El sábado aremos una parrillada en nuestra casa – comunico Allison –he hablado con sus padres y asistirán.
-          ¿Para qué nos quieres en tu casa? –no pude evitar desconfiar.
-          Es solo para hacer las pases –dijo Mark.
-          Y seguramente fue tu idea ¿no? –gruño Morgan.
El y Mark tuvieron una pequeña batalla de miradas pero al final Morgan cedió y rodo los ojos.
-          Lamento lo de en la mañana –me dijo el profesor –es solo que tu forma de responder me recordó a tu madre.
Me quede completamente muda por la sorpresa y también estática.
-          ¿Tú conociste a su madre? –pregunto Cathy sorprendida.
-          Te sorprenderás de cuanto –le respondió Morgan.
-          La cosa es, Corrine –intervino Allison – que Bruce es tu padre…    

domingo, 17 de marzo de 2013

Morgan y Cathy!!

Hola hola!! Me toca capítulo en Venéficas y claro, Cathy está de regreso pero primero un poco de lo que pasó con Morgan tras tantos secretos de lo que se habla en el capítulo anterior.
Sin más las dejo leyendo, agradezco sus comentarios, nos animan mucho a seguir y espero, de todo corazón, que este capítulo les encante ;)

Morgan
Salí de la casa azotando la puerta con brusquedad. No pensaba soportar más los lloriqueos de una mujer que ahora decía que se arrepentía por sus acciones cuando no hizo nada para remediarlos durante 16 años o, aún peor, durante sus pocas semanas con nosotros.
Caminé por las calles con un rumbo en el subconsciente y sólo un rumbo: La casa de Cathy.
Me quedé frente a su casa. Si Mark estaba en mi casa y Corrine y Carrie en las suyas, ella debía estar sola. Un impulso me hizo dar un paso hacia su puerta. Sólo lo hacía para que estuviera a salvo, por si alguien atacaba... No iba a hacer otra cosa... Ni siquiera platicaríamos, seguramente.
Eso me detuvo. Últimamente ni hablar podíamos.
Decidí regresa a casa, pero alguien me detuvo.
- ¿No vas a entrar? - me preguntó esa voz conocida.
Me giré de inmediato con el corazón acelerado.
- Es una lástima - dijo la otra con un fingido gesto de dolor - Estoy seguro que le encantaría tenerte cerca.
- Podríamos preguntarle - sonrió la otra dirigiéndose a la casa.
- No se te ocurra dar un paso más, bruja - la amenacé.
- ¿O qué, guardiancito de cuarta? - se adelantó otra de ellas hacia mí - ¿Me vas a soplar con tu viento demoledor? - ironizó.
- Algo mucho mejor - dije y empecé a formar un torbellino en mis manos.
Girando, girando, girando y entonces se los arrojé sin vehemencia, dos de ellas lo esquivaron, pero la tercera no pudo.
Yo contra las tres brujas rubias. Sabía que no podría matarlas, pero pensando positivamente quizá les diera una buena lección.
Otra de ellas, la verdad no me iba a poner a pensar en sus nombres para atacarlas, me arrojó de su boca algo parecido a espinas y no tuve que meditarlo para saber que eran venenosas, así que las esquivé de inmediato.
- Morgan - canturreó la tercera y me atacó con su cuchillo. La detuve por poco y la empujé lejos de mí.
La otra seguía en medio del torbellino, tratando de escapar.
- ¡MORGAN! - gritó Cathy saliendo de su casa y la tierra tembló a mi alrededor dejando un surco que me aisló de las tres brujas.
- La heroína al rescate - se burló una de ellas y atacó a Cathy con una especie de hechizo en polvo que desvié con una ráfaga de viento.
Cathy corrió hasta nosotros, dejó prensada de las piernas a la escupe espinas con una enredadera resistente y yo volé hasta la del cuchillo sosteniéndola por detrás fuertemente. Cathy le quitó el cuchillo y se lo clavó en el corazón. La bruja cayó entre gemidos de dolor y las otras hicieron lo mismo, como si estuvieran conectadas.
Apenas fui consciente de lo que pasó después. La bruja en el torbellino logró escaparse, saltó a la calle, nos miró, miró a su hermana y desapareció, la del cuchillo también había desaparecido, pero la tercera, la de las enredaderas en las piernas, escupió espinas de nuevo. Cathy trató de detenerlas levantando un muro de tierra pero éstas traspasaron el muro e iban directo hacia ella.
Yo ni siquiera lo pensé, me interpuse y las cinco espinas se clavaron en mi espalda.
La bruja desapareció después, Cathy me sostuvo entre sus brazos y yo me desmayé.

Dormí mucho, no sé cuánto, toda una vida, quizá más. Reviví todos y cada uno de mis días, sintiendo y pensando exactamente lo mismo. Fue doloroso en incontables ocasiones, pero terminaron por pasar y el sol salía de nuevo.
Toda una vida ¿Cuánto era eso para mí? ¿Qué significaba la vida en realidad?
Desperté... no sé cuándo. Tenía la boca seca y me dolía todo el cuerpo, incluso los párpados al momento de abrir los ojos.
- Morgan - Esa voz era de... No, no podía ser...
- ¿Calixto? - pronuncié con mucha dificultad.


Cathy
- ¿Calixto? - dijo entre sueños, con fiebre todavía y quejándose mucho.
Me levanté, no tenía caso seguir ahí si él sólo llamaba a Calixto.
- Todas somos Calixto - me dijo Corrine para darme ánimos - Quizá por eso lo diga tanto, nos llama a nosotras, o a ti pero con tu nombre original.
No, no era por eso y lo sabíamos muy bien, él llamaba a Calixto, no sé a cuál de las muchas que hubo, pero llamaba a una Calixto, no a nosotras, y definitivamente no a mí.
Caminé por el cuarto sintiéndome de todo. Preocupada, enojada, triste, preocupada otra vez, más enojada y preocupada nuevamente.
Y entonces lo escuché quejarse de nuevo.
- Agua - dijo entre sueños.
- Tranquilo, está bien, la traeré.
- Agua - repitió de nuevo.
- Sí, aquí hay agua, te serviré.
- No, agua no. Calixto agua no... Calixto... el hombre, él dijo... agua no...
- Está bien, tranquilo Morgan no te daré nada.
- Agua...

Pasaron días así. Entre las chicas, Mark y yo lo cuidábamos casi todo el tiempo. Ya había pasado casi una semana y él no reaccionaba. Pero era lógico. Alisson nos dijo que el veneno de aquellas espinas se llama Veneno del Tiempo y nunca se sabe qué tan largo será el periodo de sufrimiento, o qué tan letal puede ser. Pero esperábamos que la inmortalidad de Morgan lo pusieran mejor muy pronto.
Dos semanas. Ni siquiera iba a la escuela, sabría que tendría muchos problemas pero no me importaba. Necesitaba cuidarlo, necesitaba estar ahí aunque él sólo llamara a Calixto.
Pero una mañana, Morgan se puso peor y yo estaba sola con él.
Empezó a quejarse, empezó a retorcerse y finalmente se arqueó para vomitar sangre.
- Morgan, Morgan - le pedí acercándome a él - Morgan, Morgan, háblame - empecé a llamarlo cuando se recostó de nuevo, con problemas para respirar - No, Morgan, no me dejes. ¡Morgan no! Morgan.
Pero Morgan no reaccionaba. Los espasmos lo recorrían y de pronto ya no respiró más.
- ¡Morgan! Morgan despierta, no me dejes... No me dejes Morgan.
Lloré sobre su pecho. ¿Qué hacía? ¿A quién llamaba? Mark no lo podía salvar, lo intentó varias veces, el veneno era muy fuerte, fuera de su alcance.
- Te amo - dije derramando lágrimas sobre su pecho.
"No me dejes" "No me dejes" "No me dejes"...
- Cathy - llamó una voz dulce a mis espaldas - Déjalo, Cathy.
- ¿Alisson? - me levanté y me di cuenta de que ya no estábamos en la habitación.
- Déjalo Cathy, no puedes hacer nada por él - su voz era dulce, pero no podía olvidar que ella nunca lo había sido con nosotras.
- Vete - le pedí.
- Alisson sólo quiere ayudar, Cathy - me dijo otra voz, una voz grave esta vez.
- ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres?
- Es uno de los ancianos, Cathy. Ven conmigo.
- ¿Y Morgan?
- Ven, confía en ellos.
- Me quiero quedar con él.
- Está bien - aceptó el anciano - Alisson - le dijo después y abrió una especie de portal al lado de nosotros, entre los verdes arbustos.
- ¿Y si él no quiere? - preguntó otra voz que no supe reconocer de dónde venía.
- Ya lo hizo una vez - respondió el anciano.
- Sí, y por eso ha vivido muchos años. Quizá lo mejor sea que dejemos que...
- No - dije yo entendiendo lo que veía frente a mí. Un hermoso estanque, con el agua más cristalina que jamás se hubiera visto y un aroma dulce que definitivamente no era de agua normal - Denle el agua.
Alisson se adentró y se inclinó sobre el estanque, recogió el agua con sus manos y regresó con nosotros.
- ¿Están seguras de que es lo que Morgan quiere? - nos preguntó la otra voz - ¿Estás segura de que no es lo que quieres tú, Cathy?
- Él... - "Él no querría dejarme" - dale el agua - le pedí a Alisson y ella la vertió sobre su boca.
Un brillo se extendió sobre su pecho, debajo de mis manos. Casi dejé de respirar. El brillo desapareció y, tras unos segundos su pecho empezó a respirar normalmente.
Respiré aliviada y lo abracé.
- Regrésalo a casa - escuché de nuevo la voz del anciano y el paisaje se disolvió dejando la habitación nuevamente.
Alisson seguía ahí.
- No tardará en despertar y seguro querrás hablar con él. Estaré en la cocina.
- Espera - le pedí - ¿Por qué hicieron eso? Los ancianos ¿Por qué?
- Morgan no puede morir y lo saben...
- Tú se los pediste ¿Cierto? - adiviné.
- No estaba segura de que fuera lo mejor. Como la mujer dijo. Morgan ha vivido muchos años, y la mayoría no han sido del todo buenos, quizá lo mejor hubiera sido dejar que muriera...
- Pero... - le pedí que continuara.
- Pero... - se quedó callada un momento - Pero nada. Espero que haya sido lo mejor.
Sin más se fue de la habitación.
Y como ella dijo. Morgan no tardó en despertar.
Le sonreí cuando abrió los ojos.
- Cathy - susurró como adormilado y sonriendo también - ¿Qué me pasó?
- ¿No recuerdas nada?
- Las espinas - asintió - ¿Qué pasó? ¿Cómo mejoré? Ese veneno es letal.
- Y... estabas muriendo.
- ¿Entonces? - me preguntó.
- Alisson habló con los ancianos. Te dieron agua de... la fuente.
- ¿La fuente...? - sus ojos se ensombrecieron - ¿Dónde está, la viste?
- No sé, pero sí la vi. ¿Hicimos mal en darte de beber el agua?
- ¿Por qué crees eso?
- Ya habías bebido de ella ¿No? Viviste muchos años debido a eso. Eres inmortal por esa agua.
- ¿Te lo dijeron ellos?
- No exactamente.
- Sí - aceptó después de un rato - bebí hace muchos años.
- ¿Y eres... feliz? ¿Has sido feliz? O... ¿Hubieras preferido morir?
- Hubiera... ¿Quieres que te cuente mi historia?
Asentí.
- Yo... era un muchacho rebelde, buscaba problemas, aventuras, cosas nuevas todo el tiempo. Dejé a mi familia con la idea de viajar por el mundo, pero lo cierto es que no llegué muy lejos.
- ¿Por qué? - me atreví a preguntar.
- Por Calixto.
Una punzada me dio directo en el corazón.
- La conocí en un río, se estaba bañando cuando la vi por primera vez. Era hermosa, no podía apartar mi mirada a pesar de que sabía que estaba haciendo mal con mirarla. Cuando ella me descubrió me sonrió, y me enamoré. Le conté mi historia, me moría de hambre y me llevó a su casa. Vivía sola en una cabaña lejos del pueblo, me dio de comer y me pidió que me quedara a dormir, después me pidió que me quedara un par de días y, finalmente, me terminé quedando indefinidamente. Me contó su secreto y a pesar de que en aquél entonces la magia era... algo espantoso, no me importó. La amaba como no tienes idea, y ella me amaba a mí. Nos divertíamos mucho juntos, su carácter, su forma de ser, todo en ella era... perfecto. Y así pasaron muchos meses de felicidad. Pero un día su pueblo fue saqueado, yo estaba ahí, comprando unas cosas que necesitábamos. Eran demonios que la buscaban, corrí a casa a advertirla, pero cuando llegué ella ya estaba peleando con uno. Lo mató, como era de esperarse, y yo hubiera celebrado con ella, pero el demonio, en plena batalla, me hirió gravemente. Ella intentó hacer de todo para salvarme. Hechizos, pócimas, nada funcionó y ni su ángel ni su guía pudieron hacer nada por mí, después de todo era un simple mortal. En mis últimas fuerzas ella decidió llevarme a un lugar del que pocos sabían y nadie conocía. La Fuente de la Eterna Juventud. Estaba en la cima de una montaña, yo llegué muriendo, pero decidido con beberla porque quería estar con ella, además, no sabíamos que con esa fuente me haría inmortal, creímos que sólo me salvaría y viviría, si acaso, más años de los normales, pero no tantos.
En la fuente nos encontramos a un hombre que la custodiaba. Era un anciano, pero no me refiero a un anciano de aspecto ni de los Ancianos que nos rigen, sino a un hombre de unos 35 años que en su mirada reflejaba una edad exagerada. Nos advirtió que no bebiéramos, porque sólo un hombre puede ser inmortal debido a la fuente, y aunque él esperaba la muerte sin miedo, no quería que bebiéramos por un acto de arrebato. Ni a Calixto ni a mí nos afectaron sus palabras y yo bebí. En seguida sentí la vida recorrerme. Y el hombre murió en ese momento. Pensamos que todo sería felicidad otra vez, pero no fue así. Los Ancianos, los que nos rigen, nos orbitaron de inmediato con ellos y nos sentenciaron por nuestro delito. Un mortal como yo no debía beber el Agua de la Fuente de la Eterna Juventud, el hombre que la custodiaba había sido un mago y Calixto había sido egoísta al olvidar que yo era un simple mortal debido al amor que me tenía.
Su castigo fue no volverme a ver y el mío, quedarme a custodiar la fuente en aquella cima de aquella montaña. Fueron años de delirio. Era un bello lugar pero yo quería estar con ella. Perdí la cuenta de los años, ya no me importaban, yo no envejecería, pero conservaba la esperanza de volver a verla y por eso no me dejaba morir ni que nadie encontrara la fuente, no quería morir.
Al cabo de muchos años, un Anciano bajó a verme. Calixto había muerto y a mí me ofrecían un trato. Ser el Guardían de las reencarnaciones de Calixto a cambio de cuidar la fuente por mí. Nadie la encontraría en sus manos, yo no debía preocuparme por morir de pronto y, aunque no era lo que esperaba, ellos hablaban de reencarnaciones. Quizá una de esas reencarnaciones me amara como yo a ella.
Pasaron más de 500 años, Cathy, pero al fin llegaste. Una nueva Calixto a la que yo puedo amar, incluso aún más de lo que la amé a ella - me sonrió.
- Y yo también te amo - me acerqué a sus labios y lo besé sin más.

Ufff. Capítulo Largo!! ¿Qué opinan? ¿Les gustó?

miércoles, 6 de marzo de 2013

Supuesto Aerrepentimiento, por Morgan

Heme aquí una vez más para traerles un capitulo nuevo, un poco corto lo sé pero les prometo que el siguiente será un poco más largo y revelador ;)
Esta vez Morgan aparece ante sus ojos y no les digo mas
Las dejo leyendo  




¿Cómo me sentía en ese momento?
Era fácil resumirlo, estaba enfadado, indignado, impotente y a pesar de ser de los chicos que piensan que golpear a una mujer es un suceso horrible quería sacarle los ojos a Allison.
Corrine parecía estar destrozada, Carrie y Mark pasaba por un letargo de agonía y Cathy sufría por todos. Desde que Allison a apareció no hiso más que causarnos dolor, problemas, caos y al parecer eso no le importaba en lo más mínimo.
Tenía esa sensación de estar en  una pesadilla de esas en las que quieres gritar y correr pero por más que lo intentas tus labios están sellados y tus pies se encuentran clavados al suelo, incluso me sentía vacio. Había pasado ya tiempo desde que me sentía así, mucho en realidad, mas del que me gustaría admitir.
Carrie estaba acurrucada en mi sofá, se había quedado dormida llorando y al verla así mis deseos de acecinar a Allison se intensificaron, esa mujer se estaba encargando de destruir todo, Carrie era una de esas chicas que solía poner la otra mejilla y jamás bajaba la mirada, no lloraba con frecuencia y esos últimos días lo único que hacía era llorar.
Me había quitado a Cathy y ahora se estaba llevando a mi Carrie, mi mejor amiga.
Tuve que dejar a Carrie pues los sabios y no tardaron en aparecerme frente a ellos.
-          ¿Qué tal va todo? –me pregunto Allison en cuanto me vio.
Trate de ignórala prestando atención a aquellos ancianos que estaban frente a nosotros.
-          Ha llegado el momento de que algunos secretos salgan a la luz –dijo uno de ellos.
-          Supongo que es inevitable –repuso Mark
-          Hemos analizado a situación de Corrine y lo más seguro para ella es quedarse con Allison –ordeno la sabia inquisidora.
Apreté los puños y baje la mirada al suelo.
Justo hace casi medio siglo yo había estado frente a estos hombres muestras deliberaban mi castigo, la sabia inquisidora fue quien me perdono la vida, pero ahora estaba condenando a Corrine a pasar por mas sufrimiento.
Ellos también estaban disfrutando del dolor de las chicas.
-          No es por eso Morgan –replico el sabio mayor –creo que están juzgando por acciones correctivas que hemos ordenado nosotros, creo que deberían darle a Allison el beneficio de la duda.
-          Ni muerto –replico Mark –no confió en ella.
Los sabios se quedaron perplejos ante la respuesta de Mark.
-          Tampoco pienso hacerlo, ella ha cometido demasiados errores, incluso desde mucho antes de pasar a ser la guía –secunde a Mark.
-          No puedes seguir juzgándome por sucesos de hace dieciséis años –se defendió Allison.
-          Habían más opciones –le reproche con rabia.
-          Ponte en mi lugar Morgan –esta vez sonó suplicante -¿Qué hubieras hecho tu?
-          Yo me quede – le recordé – incluso a pesar de arriésgalo todo, a pesar de que casi termine loco en el transcurso… yo –no pude continuar pues me quede sin voz
-          Y Clarens – dijo Mark – ella fue la que se llevo a Corrine y la puso a salvo, no como tú que huiste, que la dejaste a su suerte.
Allison parecía torturada y de dejo caer al piso de rodillas con los ojos llenos de lágrimas.
-          Basta chicos –pidió el sabio mayor
-          Lo siento –dijo entre sollozos –lo siento en verdad.
De pronto aparecimos en mi casa, los tres, Allison Mark y yo.
Ella seguía llorando bastante y Mark y yo nos quedamos perplejos.
-          Van a tomar una decisión – dijo Mark – por eso nos han enviado de vuelta.
Solo se escucharon los sollozos de Allison por un buen rato y yo fui a la sala en donde había estado Carrie, ya se había ido y me dejo una nota en la mesa.
                                                                
Nos vemos en el colegio
 Carrie

Algo simple y corto, son disculpas ni nada, esa se parecía a la Carrie que no lloraba casi todo el tiempo.
Los sollozos de Allison comenzaron a sacarme de quicio.
-          ¿quieres dejar de llorar? –le espete –a nadie convences con tus falsas lagrimas de arrepentimiento.
Ella me miro atónita y se seco las lágrimas.
-          ¿Qué quieres que haga para que me perdonen? –pregunto.
No supe que responde, en todo caso solo las chicas eran las que tenían que responder a eso.
-          Yo sé una manera – dijo Mark –comienza a apoyarnos a nosotros a las chicas, gánate su cariño y gánate nuestro perdón, es la única forma.
Mire a Mark con recelo, ahora se estaba poniendo de su parte, de ser por mí la mandaría a Tombuctú con su teatrito de  “estoy muy arrepentida”. Pero claro, si Mark se había convertido en el ángel era por su bondad y su capacidad de perdonar.
Estaba seguro de que por lo menos Carrie estaría de mi lado, que esa mujer jamás obtendría su perdón.

domingo, 3 de marzo de 2013

Sentimientos encontrados...

Hola chicas, después de un tiempazo sin publicar me paso para dejarles este capítulo que de todo corazón espero que les guste.
No es tan largo pero refleja muchos sentimientos.
Sin más que decirles y esperando que nos leamos pronto y agradeciéndoles sus comentarios ;)
Las dejo leyendo =)

Cathy
- ¿Justo ahora, después de tanto tiempo, buscándome? - estaba diciéndome Corrine cuando nos quedamos solas en mi casa - ¿Cómo se supone que debo actuar ahora? ¿Estar feliz porque mis padre biológicos quieren conocerme? ¿Enojada porque se tardaron toda mi vida? ¿Triste porque mis padres, los que me criaron y siempre estuvieron ahí, van a ponerse mal cuando se enteren?
Corrine no sabía qué hacer y, claro, yo no tenía el mejor de los consejos. La veía pasear de un lado al otro de mi recámara mientras se quejaba, se enojaba, estaba a punto de llorar, se reponía y volvía a gritar.
Por suerte mis padres no estaban en casa, mamá se había ido con papá a pasar una semana en donde ahora él estaba trabajando - no recuerdo el lugar para ser sincera - y nos habían dejado a Mark y a mí solos en casa con la confianza que siempre nos habían tenido, de otra manera estoy segura que mi madre ya estaría en mi cuarto preguntando qué pasaba y si podía ayudar en algo. No es que no quisiera su consejo ahora mismo, pero supongo que hubiera sido difícil explicarle tooooda la historia que eso requería.
- ¡Es una pesadilla, Cathy! Por si fuera poco todo esto de las brujas rubias tontas y el... - soltó un suspiro y me miró - Apenas estaba terminando de acostumbrarme a lo de Calixto y la muerte de Clarens fue... como una bomba - me explicó sus sentimientos - luego la llegada de Allison y lo de mi escuela... Ni siquiera les he podido explicar a mis padres por qué me regresé y ahora tengo que decirles que mis padres biológicos están buscándome... - y ahora iba a volver a gritar - ¡¿POR QUÉ?! ¡Yo no los quería de vuelta! ¡ELLOS ME ABANDONARON! ¿¡O qué eso ya se les olvidó!? ¡Fue la Señora Clarens quien me entregó a mis padres adoptivos! - y entonces llegaban sus ganas de llorar - Ese buen hombre que me enseñó a andar en bicicleta y en patines y se pasaba la tarde leyendo conmigo, esa maravillosa mujer que me consolaba y se quedaba a dormir a mi lado si tenía una pesadilla, que me preparó todos mis almuerzos por la mañana y me curó y me cuidó siempre que enfermaba o me hería con... lo que sea... - gritos de nuevo - ¿¡QUÉ DERECHOS CREEN QUE TIENEN ESOS QUE NO SUPIERON HACERSE CARGO DE UNA NIÑA QUE ENGENDRARON!?
Pude haberla detenido, pedir que se calmara. Pero creo que lo más sano para ella era sacar todo eso que estaba clavándosele en el corazón, en el alma.
- Son... son unos terribles padres y ahora me buscan ¿Qué pretenden? Debieron quedarse alejados de mí, sin recordar que alguna vez tuvieron una hija porque... porque para mí perdieron todo el derecho de padres en cuanto me dejaron a la deriva comos si fuera cualquier cosa...
¿Qué le decía? Mark estaba abajo, en la cocina, o al menos ahí se había quedado en cuanto llegamos a casa nosotros tres y Corrine y yo subimos. Quizá él debía subir ahora, hacernos compañia y decirle algo útil a Corrine, algo mucho más sabio de lo que yo podría jamás decirle. Era nuestro Ángel, después de todo, y tenía la sabiduría de todos los Ángeles de Calixto anteriores a él así que...
- ¡Los odio! O... al menos, eso quiero, ¡odiarlos! Pero la verdad es que no puedo y una parte de mi anhela conocerlos...
Pero Mark no estaba aquí y no se lo podía reprochar. Él ya cargaba con bastantes problemas. Hoy, al mirarlos a él y a Carrie juntos, una punzada de dolor me atravesó el pecho. Sus miradas eran... casi agónicas cuando se topaban. Intentaban evadirse pero había momentos en que lo olvidaban, quizá, o en que no podían más, y esa agonía era palpable cuando sus ojos se encontraban unos a los otros.
Se hizo peor cuando Alisson llegó.
- ¿Cómo se los voy a decir a mis padres?...
Y Alisson era la culpable de que esto estuviera pasando, del dolor y la desesperación de Corrine, porque quizá ella no había propiciando que los padres de mi amiga la buscaran ahora, pero ella nos había dado la noticia y eso la hacía culpable a mis ojos.
Estaba siendo inmadura, lo sé, pero es que para mí Alisson era la culpable de todo. Del dolor y la agonía de mi hermano y Carrie, del dolor y la desesperación de Corrine... y de que yo... de que Morgan...
Ni siquiera podía pensar en eso ahora o me pondría a llorar igual que Corrine y eso no era lo que ella necesitaba.
- ¿Qué hago ahora? ¿Cómo me debo sentir? - repitió y la tomé de la mano.
- Creo que debes sentirte como quieras y no como se espera de ti. Si quieres odiar a tus padres biológicos y no saber nada de ellos está bien, si quieres verlos tampoco está mal y tus padres adoptivos lo deben comprender - le dije muy segura - No pienses en los demás, Corrine, a veces es sólo uno, tiene que ser así, no puedes tratar de complacer a todo mundo ni porque ese mundo se trate de personas a las que amas. Haz lo que sientas, nada más. Si quieres estar alegre porque vas a conocerlos está bien, si quieres estar enojada con ellos también, si quieres estar triste por esas buenas personas que te ofrecieron no sólo un techo y comida sino un verdadero hogar lleno de cariño y esas cosas que se dan entre familia, pues entonces hazlo, nadie te reclamaría por estar triste por ellos, pero no lo estés mucho tiempo, porque las cosas deben enfrentarse tarde o temprano y cuando veas a tus padres biológicos debes estar libre de todo. Nadie te culpará por nada, sea lo que sea que decidas y nos tienes a Carrie, a Mark, a Morgan y a mí. Y puede que quizá también a Alisson, que aunque me caiga mal, es nuestra Guía.
Corrine me miró un rato y luego me abrazó llorando. Que se desahogara estaba bien. Quizá yo también debiera hacerlo, pero no sabía cómo.
Morgan y yo ya no seríamos nada, tenía que olvidarme de esos sueños que había tenido de él y yo juntos, en un  futuro que ya no existiría... y seguirme culpando porque fue mi culpa. Si yo le hubiera dicho que sí en su momento al menos habríamos podido aprovechar un tiempo juntos y felices, como Carrie y Mark...
Aunque viéndolos bien, con esa agonía en sus ojos. Quizá lo que ahora Morgan y yo sentíamos no estaba tan mal.
Tampoco quería hablar con él de todos modos.
Y con Alisson menos.
- Corrine - se asomó mi hermano por la puerta. Su rostro aún se veía pálido y desconsolado - Ya hablé con tus padres, dicen que no tienen problema en que te quedes aquí.
- Creo que... mejor iré a hablar con ellos - se levantó muy segura y me miró - Es lo mejor - me dijo como si buscara mi aprobación.
- Estoy contigo... hermana - le sonreí apretando aún su mano.
Ella respondió ese gesto y luego me soltó para salir a enfrentarse con la verdad.
Yo debía hacer lo mismo.
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