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domingo, 29 de diciembre de 2013

Secreto en el bosque, por Carrie

Si ya sé, ya sé, no hemos publicado pero se los juro amabas hemos estado ocupadas con cosas de la escuela y yo comence a trabajar hace dos mese por lo cual, no hemos tenido tiempo y en lo personal mi inspiracion estaba mas muerta que Cronos en el tartaro pero bueno esta entrada va especialmente para K=D, lamentamos no publicar tan seguido, en verdad pero las cosas estan un poco dificiles y nos quedamos sin una colaboradora, pero trataremos de  hacerlo mas seguido chica.
Sin mas que agregar las dejo leyendo
Anny

Cathy había hecho un boceto de un sujeto que no conocía, eso sí era extraño, bueno… a diferencia de todo lo extraño que nos había pasado.
Curiosamente todo parecía muy tranquilo lo cual me ponía los nervios de punta, siempre que las cosas parecían calmarse un poco empeoraban sin previo aviso. Era como una ley básica en nuestras nuevas vidas, lo único que quería saber era cuando terminaría todo esto.
Morgan me acompañaba a casa pues decidimos que era mejor dejar a Cathy y a Morgan hablar por un rato, después de todo Morgan se había puesto tan celoso que se había enfadado con Cathy, obviamente él no quería admitirlo.
Tenía tantas preguntas en la cabeza que no me atrevía a hacer en voz alta. Como que tal vez Cathy estaba desarrollando un nuevo poder que nostras no teníamos o si es chico tendría algo que ver con Corrine, no sé, tal vez era su príncipe azul que llegaría en su corcel planco para pelear contra las brujas y rescatarla de su sueño eterno, eso o yo tenía que dejar de ver películas de Disney.
Comenzaba sentirme ansiosa, no estaba acostumbrada a que las cosas se nos fueran tanto de las manos y eso que la controladora era Corrine, mi maldición eterna, me estaba convirtiendo en mi hermana. De pronto me imagine con un ridículo corte de pelo con un peinado perfecto y usando falditas y sweaters color pastel, llevando en mis brazos una carpeta de corazones y estrellitas y caminando como un robot que intimidaba a todo el mundo.
Rodé los ojos.
— ¿A ti te gustan las chicas como Corrine? — le pregunte a Mark sin pensar en lo que decía.
Mark me miro como si le estuviese haciendo una pregunta trampa, su expresión era entre extrañado y divertido.
— ¿A qué viene esa pregunta?
— Nada, olvídalo — me encogí de hombros.
Morgan se detuvo y tiro de mi mano, retire mi mano rápido a portando su contacto de mi piel.
No me gusto su expresión de dolor, pero era muy difícil para mí estar a la defensiva todo el tiempo.
— Lo siento — susurre —. Estaba pensando en el chico que dibujo Cathy.
— ¿No me digas que tu también lo has visto? — pregunto con un dejo de celos.
Negué con la cabeza.
— Estaba pensando que tal vez… ya sabes…
No me atrevía a expresar lo que pensaba en voz alta pues me parecía tonto y cursi pensar en los príncipes azules, además de que era una completa locura. Ya me imaginaba a Corrine despertando con los labios de un completo extraño sobre los suyos. De seguro correría al baño y se lavaría la boca con cloro y asido.
— Y si ¿Qué? — insistió Mark.
— Bueno, ya sabes, en los cuentos de la bella durmiente un príncipe besa a la princesa y ella despierta y con ella todo el reino, y todas esas cosas.
Mark estallo en carcajadas y yo me puse completamente roja. Me enfade y comencé a caminar azotando los pies.
— ¡No, Carrie! — suplico Mark tratando de contener la risa.
— A mi no me parece gracioso Mark — estalle de furia —. Mi hermana está dormida por un hechizo y no tenemos una respuesta de cómo curarla y cuando pienso en algo tú te ríes de mi.
— No me rio de ti, Carrie — se defendió —. Solo me pareció gracioso el concepto por imaginarme a Corrine besando a un extraño, además, tu más que nadie debería saber que la magia no es como en los cuentos de hadas, es peligrosa si la utilizas mal.
Torcí la boca pero mi excreción de enfado se fue desvaneciendo.
Caminamos un par de pasos más y el de nuevo se detuvo tirando me la mano nuevamente.
— Te extraño Carrie — dijo mirándome a los ojos.
El comentario me tomo desprevenida y más lo que sucedió después, me beso, pero ese beso no se sentía como los que daba Mark, era distinto como agresivo.
Trate de resistirme y alejarlo de mi pero él se aferraba mas a mi cuando trataba de empujarlo. Entonces deje caer mis brazos a mi costado y espera que terminara.
— Tu indiferencia duele ¿sabes? — dijo dolido.
— ¿Qué demonios te pasa Mark? ¿Mi hermana esta embajada y tú piensas en cuanto me extrañas y…?
Me quede callada, el rostro de Mark comenzó a desfigurase mostrando un horrible rostro, tenia los dientes afilados y la piel completamente blanca, como el cal. Sus ojos eran completamente negros y despedía un abrumarte olor a sangre.
— ¡Carrie, corre! — escuche a Mark gritarme.
Mis manos se encendieron en llamas y comencé a arrojarle bolas de fuego a aquella extraña criatura.
Mi fuego no parecía dañarlo y comencé a retroceder despacio. Esa cosa se me arrojo encima y un manto braco y espumoso me cubrió, cerré los ojos y al abriros estábamos en el bosque mágico, donde hicimos nuestro primer entrenamiento.
Sentí que los brazos de alguien me rodeaban entre en pánico y comenzó a zangolotearme para poder quitármelos de encima deseando recordar algún movimiento de mis clases de defensa personal.
— Carrie, soy yo Mark — susurro.
Ya no estaba segura si en verdad era él o no, me aparte de él y encendí mis brazos preparada para atacar.
Mark levanto los brazos en señal de paz pero yo no baje la guardia.
— ¿Quién eres? — exigí saber.
— Por amor a los arcángeles, Carrie, soy Mark.
Lo observe con detenimiento esperando a que ocurriera algún cambio pero no ocurrió nada.
Apague mis llamas y corrí a abrazarlo.
— ¿Qué era esa cosa?
— Un hechicero… ¡Dios, Carrie! Jamás me había asustado tanto en la vida, en un par de segundos te habías esfumado. Cuando esa cosa se acerco a ti creí que te había perdido. Creí que te pasaría lo mismo que a Corrine.
Me dio un beso en la frente y me estrujo.
— ¿Estas herida? — pregunto después de un rato de silencio.
Negué con la cabeza pero hundí mi rostro en su pecho inundado mis pulmones de su aroma.
— ¿Qué hacemos aquí? — pregunte con la voz amortiguada.
— Pensé que sería el único lugar donde estarías a salvo, esa clas de hechiceros no pueden entrar aquí — me aseguro.
Me párate un poco de el.
— Pero las brujas si pudieron — me sobresalte.
El asintió.
— Por que los poderes de la antigua guía era cada vez más débiles, pero ya que Allison asumió el titulo la barrera que protege este bosque es más fuerte.
Esta vez fui yo quien lo beso, el correspondió a mi beso y por un momento me sentí completamente dichosa. Me parte de golpe al recordar a mis hermanas.
— ¡Esa cosa ira por Cathy y Corrine! — me sobresalte.
El negó con la cabeza.
— En la reunión de hoy dijeron que estaban buscando el fuego de Calixto — me rebelo —. Pr eso me ofrecí a acompañarte a casa, no quiero que te quedes sola.
— Entonces ¿Me buscan a mí?
El asintió.
— ¿Para qué?
— No lo sé Carrie, pero tus llamas no eran tan poderosas como antes, temo que el hecho de que Corrine esté bajo un hechizo debilita sus poderes y las brujas están aprovechando eso, supongo que quieren quitarle sus poderes como quisieron hacerlo con Calixto antes de que muriera.
A eso, justo a eso me referían cuando decía que las cosas jamás se calmaban en mi vida.
— Sera mejor que volvamos a casa — suspire.
Morgan me beso de nuevo y yo aferre mis manos a su cuello.
¿Por qué era tan difícil aceptar que lo extrañaba? Necesitaba el calor de su cuerpo la esencia de su piel el sabor de sus besos, lo necesitaba por que el me hacía sentir más fuerte. ¿Tan malo era quererlo? La respuesta era no, eso me hacia odiar mas a Allison.
Las manos de Mark se aferraron a mi cintura y se colaron por debajo de mi camiseta. El contacto de sus manos en mi espalda hacia que la piel se me erizara. Su contacto me hacía perder el autocontrol. Para mi desgracia el aun conservaba el suyo y se separo de mi.
— Te amo, Carrie — me susurro.
SE me escapo una enorme sonrisa y volví a besarlo y simple beso corto que esperaba que demostrara todo lo que sentía por él.
Caminamos a la salida de el bosque, que ahora me parcia nuestro y él se detuvo antes de salir.
— Carrie, lo que paso aquí no tiene que saberlo nadie — me pidió —. Si Allison se llega a enterar estaremos en problemas.
— A mí me gusta meterme en problemas — dije en tono juguetón.
El me dedico media sonrisa pero después se puso serio.
— ¿Volveremos a estar juntos? — le pregunte.
— No hay nada más que quiera, pero por el momento lo mantendremos en secreto — me propuso.
— Solo porque no tengo opción — acepte —. Pero en cuanto tenga oportunidad voy a patearle a Allison el…
Mark me beso de nuevo interrumpiendo mi perfecta frase amenazadora.
Al llegar a casa todo me daba veletas y sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.
— ¿Cómo sigue Corrine? — me pregunto mi madre desde la cocina.
— No muy bien, volveremos a verla mañana — le dije y subí las escaleras.
Me recosté en mi cama haciendo un repeso en mi cabeza de lo que había pasado hoy, el dibujo, el hechicero mar… el chico del dibujo…
— ¡En la plaza donde patinamos! — casi grite.
— ¿Qué pasa Carrie? — pregunto alarmada mi madre.
Asome la cabeza por la puerta y grite:
— Olvide mi sweater en la plaza donde patinamos — trate de sonar convencida.
Mi madre dijo algunas cosas sobre los jóvenes de esta época y lo distraída que era, pero no le preste atención.
Llame a casa de Cathy esperando que respondiera ella y para mi suerte si fue ella.
— El chico que le busco pleito una vez Jamei en la plaza donde patinamos — le solté antes de que terminada de contestar la llamada.
— ¿De qué hablas Carrie? — pregunto confundida.

— El chico de tu dibujo, ya lo he visto antes… 

sábado, 2 de noviembre de 2013

Boceto, por Cathy

Hola chicas, de nuevo yo, MaGe, trayendo para ustedes la continuación de "Venéficas, La Víspera de todas las Brujas" con un capítulo de Cathy, espero que lo disfruten mucho y lamento la tardanza... =D
Un abrazo a todas...

Cathy
Era una verdadera tortura estar aquí, sentada esperando que la maldita manecilla delgada del reloj terminara de llegar al 10 para poder salir de clase.
Carrie estaba en su asiento, entreteniéndose en su tamborilear de dedos a dos asientos atrás de mí. El lugar de Morgan estaba vacío, igual que lo había estado durante sus semanas enfermo, hace tan poco tiempo, y durante estos últimos dos días, que se había pasado vigilando la casa de Corrine mientras no encontraban una manera de cuidarla.

Y el maldito reloj seguía sin querer avanzar.

¡¿Cómo era posible que no nos hubieran dejado quedarnos con ella?! ¡Es nuestra hermana! ¡¡Nuestra!! Teníamos más derechos que Mark y Morgan juntos, y ellos lo sabían. El que nos alejaran de ella era realmente injusto, aunque sólo fueran las horas del colegio, que como ya había mencionado, parecían eternas y una verdadera tortura.

Me dediqué a concentrarme en otra cosa ya que el reloj parecía querer aniquilarme del estrés y la ansiedad. Tomé mi lápiz y empecé a dibujar, nada en realidad, siempre me había gustado dibujar, empecé por trazos largos y sencillos, a modo de relajación en los laterales de la hoja, después los fui cerrando en tonos sombreados hacia el centro...
Se me fue el tiempo...

- Cathy - me llamó Carrie y cerré la libreta instintivamente.
Todo mundo se había levantado. El reloj ya daba la hora de salida.
- ¿Nos vamos? - me preguntó.
- Sí.. sí - terminé de reaccionar y metí mi libreta en la mochila apresuradamente, saliendo un poco nerviosa del salón.
- ¿Estás bien?
- Sí - le sonreí.
- Bien, porque dos hermanas enfermas ya sería demasiado.
- Estoy bien, Carrie - sonreí con más confianza - Vamos a casa de Corrine.
- ¿No crees que su familia sospeche? Es decir, nos la hemos pasado ahí desde hace tres días y probablemente estaríamos más tiempo si Morgan y Mark no nos hubieran mandando a la escuela.
- ¿Y qué iban a sospechar? ¿Que somos unas amigas con súper poderes de preocupación o de súper unión entre nosotras? - le sonreí a medias - No lo creo.
Subimos a su auto y manejó en silencio por un rato, luego rompió ese silencio.
- La quieren llevar a un hospital, su madre me lo dijo ayer antes de que me fuera, mientras tú te despedías de su padre.
- ¿Por qué no me lo dijiste ayer? - le pregunté nerviosa, preocupada, temerosa.
- No lo sé, creo que ni yo misma lo había procesado.
- ¿Y si ya se la llevaron?
- No, apenas lo estaba considerando, tranquila, todavía la encontraremos en casa.
Me derrumbé en ese momento.
- ¿Y qué pasará si no encontramos una cura? Se la llevarán, nos la quitarán, Carrie - rompí en llanto - ¿Qué pasará cuando ya no la encontremos en casa... nunca más...?
- Cathy, tranquila, eso no va a pasar. Encontraremos la cura - me puso una mano en el hombro sin despegar por completo su atención de la calle - Corrine va a ponerse bien.
- Sí - me limpié las lágrimas - lo siento, es sólo que...
- Lo sé, han sido muchas emociones en muy poco. Primero lo de Mark, después Corrine se va, después esas malditas brujas, luego la señora Clarens, después Alisson, luego para rematar Morgan y ahora Corrine. Definitivamente nunca creí vivir tantas emociones en tan poco ni aún después de descubrir lo de Calixto.
- ¿Sí ha sido mucho, no?
- Muchísimo.
- Tengo miedo Carrie.
- ¿Por Corrine?
- Por nosotras, ¿Qué pasa si ahora seguimos nosotras?
- Bueno, no puedo asegurarte que no nos va a pasar nada, pero estaremos alertas, ¿De acuerdo?
Asentí de forma involuntaria. No estaba tranquila y no lo estaría hasta que Corrine estuviera bien, sin ella estábamos desprotegidas, éramos más débiles, las brujas lo sabían. Lo raro era, que aún no hubieran atacado.
Cuando llegamos a su casa Morgan estaba fuera, pero completamente atento.
- Mark no tarda en venir a hacer el turno de la tarde y ésta noche Alisson quiere quedarse - nos comunicó.
- ¿La van a dejar?
- Ya no tenemos excusa para seguir impidiéndoselo.
- Sólo pídele que no cometa ninguna indiscreción con sus padres.
- Ya se lo advertimos, está de acuerdo con no acercarse a ellos.
- ¿Y han investigado algo nuevo?
- Nada hasta el momento, seguimos haciendo todo lo posible, pero aparte de las teorías basadas en cuentos, nada coherente.
- Bien, pues será mejor que entre Cathy, ¿Te espero arriba?
- No, subiré contigo - me adelanté y entramos juntas.
Los papás de Corrine nos dejaron subir sin contratiempos, su madre estaba arriba, con ella, no se le despegaba, acariciaba su cabello con mucho cuidado, con behemencia y mucho amor. Alisson jamás sería capaz de eso aunque fuera su madre biológica.
- ¿Cómo sigue?
- Sin cambios - respondió.
Nos sentamos en nuestros respectivos lugares. Saqué una libreta para pasar el tiempo y de nuevo garabatee cosas.
Pasadas algunas horas la señora se levantó, dijo que nos traería refrigerios y salió.
- Creo que ocasionamos problemas, ¿No? - pregunté - Encima de todo lo que le pasa ahora va a bajar a prepararnos refrigerios.
- Creo que lo hace más para distraerse que por amable, Cathy - respondió Carrie - ¿Y tú, por qué no te quedaste con Morgan? ¿Estás enojada con él por no dejarte quedar con Corrine?
- No, claro que no. Es decir, estoy molesta por eso pero no tiene que ver.
¿Entonces?
- No quiero que si algo llega a pasarme él sufra más de lo que debe.
- Eso es una tontería.
- ¿Lo crees?
- Sí, él te quiere, no debes alejarlo.
- De todos modos no es como que podamos estar juntos, tú lo sabes.
- Qué se pudran - soltó enojada hacia aquellos que la habían separado de mi hermano, y con mucha razón.
- Dudo que si ellos te escuchan decir eso le ayuden a Corrine - dijo Mark entrando a la habitación.
- Una cosa no tiene nada que ver con la otra, ellos, como yo, deberían aprender a separar los asuntos y ayudarnos de una buena vez - respondió Carrie.
- ¿Encontraron algo? - pregunté al ver entrar a Morgan también.
- Nada aún.
- ¿Entonces qué hacen aquí?
- Queríamos verla. A pesar de que estemos haciendo guardia casi no podemos estar junto a Corrine.
- ¿De verdad no tienen nada? ¿Alisson no ha logrado investigar nada allá arriba?
- Es un mal muy poco común y sabemos que tiene que ver tanto con el poder de brujas malvadas como con la debilidad de la víctima, obviamente Corrine pasaba por un mal momento y por eso las brujas decidieron atacarla a ella.
- ¿Y ellas, por qué no nos atacan a nosotras? ¿Al menos han logrado averiguar eso? - Carrie estaba molesta, y con razón.
- En realidad, sobre eso tenemos una teoría bastante fuerte.
- Pues no se la guarden. ¿Cuál es?
- El hechizo es poderoso y muy antiguo. La brujas no son tan poderosas. Debieron quedarse sin fuerza para prepararlo y aún más, para llevarlo a cabo. Ya son cinco días los que lleva así.
- Entonces están débiles, pero en cuanto se pongan mejor... atacarán ¿Eso están diciendo? - pregunté.
- Es nuestra teoría, sí.
- Vaya, pues es una...
- Carrie - la reprendió Mark.
Volví a quedarme en mi lugar, saqué otra hoja de papel y a dibujar otra vez. Los chicos se quedaron ahí, la madre de Corrine subió, estuvo ahí un rato y luego volvió a bajar. Estaba por oscurecer.
- Alisson no debe tardar en llegar, será mejor que nos vayamos.
- Cathy... Cathy... - habló mi hermano.
Morgan me arrebató el cuaderno y yo le reclamé, pero era demasiado tarde, él ya había visto el dibujo, el rostro que había estado dibujando estos últimos días sin querer en casi todas mis hojas.
- ¿Quién es él? - preguntó enojado cambiando las hojas y viendo los mismos ojos profundos, la misma mirada ausente y cautivante, el mismo cabello desordenado y esos labios delgados y forzando una media sonrisa - ¡¿Quién es?!
Mark le quitó el cuaderno.
- ¡Cathy, respóndeme!
- Ey, celoso, tranquilo ¿Quieres? - le dijo mi hermano acercándose a mí - ¿Sabes quién es él, Cathy?
- No, la verdad es que no. Nunca lo he visto más que... bueno, en mi mente.
- Lo has dibujado mucho ¿Por qué?
- No lo sé.
Cathy también lo miró.
- Creo que yo lo he visto - dijo ella.
- ¿Dónde? - pregunté con más emoción de la que me hubiera esperado.
- Bueno, no estoy segura.
- ¿Desde cuándo lo dibujas?
- Lo hago para relajarme, creo que empecé el jueves.
- ¿El mismo día que empezó a faltar Corrine? ¿Cuando se enfermó?
- Sí, probablemente ¿Por qué? ¿Qué tiene de relevante?
- Creo... - dijo Mark - que quizá nos estés dando la respuesta a la cura de Corrine.
- ¿El chico? Es un brujo o algo así?
- No sé si lo sea, pero quizá el cuento de la Bella Durmiente no esté tan desenfocado de la realidad, quizá sí necesite...
- Un beso.
- Pero no un beso cualquiera.
- ¿Y crees que sea este chico?
- Por algo lo ves, tiene que haber una relación.
- ¿Y si sólo está en mi cabeza?
- Puede ser, pero Carrie cree que lo vio, así que quizá no sólo esté en tu mente.
- ¿Y por qué lo vi yo? ¿Por qué no Carrie?
- Eso no puedo saberlo, Cathy, sólo sé que por el momento, hay que buscar a este chico... y rápido.
Morgan me seguía mirando celoso, Mark sonreía esperanzado y Carrie miraba fijamente el retrato tratando de averiguar quién era aquél chico.
Yo... sólo sabía... que ese chico... era cautivante, muy cautivante.

lunes, 9 de septiembre de 2013

¿Qué le pasa a Corrine? por Carrie

Hola!!
Antes de comensar y como ya es mi custumbre les ofresco una discupa de antemano por tooodas esas semena  (meses) por dejar abandonado el blog, ya saben la razon, la bendita escuela, pero estos meses no han sido solo eso, estoy tan poco inspirada que es dificil concebir una idea que me paresca buena.
Dejando eso de lado, quiero postear este capi en honor a MaGe, quien cumple años este dia y desde aqui le deser que se la pase increible y que se cumplan sus metas en este nuevo año de vida :)



Una nueva semana una nueva oportunidad de comenzar, si tan solo pudiese tomarlo por el lado bueno. No dejaba de pensar en todo lo que nos había pasado esos últimos meses, en como cuando las cosas parecían mejorar empeoraban así de rápido.
Como todos los lunes llegue tarde a la escuela, no podía quitarme esa costumbre de dormir un poco más los lunes, me encontré con Cathy y Morgan, esperamos a Corrine pero no llego.
-          Debe seguir enferma –comento Morgan.
-          Es muy extraño, Corrine no suele faltar, aunque este enferma –me extrañe.
-          Yo creo que tendríamos que entenderla más –intervino Cathy –después de todo no ha tenido un solo día de despreocupación desde hace meses.
Fuimos a clases y no dejaba de esperar a que Corrine entrara por la puerta en cualquier momento. Pero no sucedió, eso comenzaba a preocuparme, ¿Qué le estaba pasando a Corrine? La conocía bien, tenía que ser algo muy serio para que dejara de asistir a clases tan de repente.
El día transcurrió tan lento como todos los aburridos lunes, ya memoria por que el día terminara y escapar de este mundo escuchando música en mi habitación, al menos eso era lo único que había conservado de mi vida anterior.
Salí casi corriendo al escuchar la campana que indicaba la salida de clases, no me detuve a esperar a Morgan y a Cathy, ellos necesitaba tiempo a solas. Con lo que no contaba era con encontrarme a Mark en la salida. Trate de evadirlo pero se atravesó en mi camino.
-          ¿Día difícil? –me pregunto.
-          ¿Qué quieres Mark? –pregunte con fastidio.
-          Hablar –me respondió.
Rodé los ojos, de que otra cosa quería hablar, ¿No había dejado claro todo el otro día? En verdad no comprendía a ese chico.
Termine aceptando y me llevo a la cafetería en donde trabajaba los fines de semana.
-          Lo siento Carrie –dijo en cuanto nos sentamos –yo jamás te quise hacer daño.
Esta dispuesta a ser una completa arpía con el pero lo que dijo me desarmo por completo.
-          Sé que es tarde para decirlo – continuo – pero la cosa es que me preocupan, tu y Corrine principalmente.
-          Las cosas no han salido mal últimamente pero nos repondremos –asegure –esta mala racha no puede durara para siempre.
El se rio un poco.
-          ¿De qué te ríes? –pregunte a la defensiva.
-          Es solo que estas un poco optimista –se encogió de hombros.
Le saque la lengua, había olvidado lo cómodo que uno se podía sentir con Mark.
-          ¿Qué piensas de Allison? – pregunte.
El pareo pensar bastante en su respuesta, yo creía que era una bruja, Corrine la odiaba o al menos no quería saber de ella y Cathy, antes sabia que tampoco le agradaba, aunque jamás supe si su perspectiva cambio desde que salvo a Morgan.
-          Tal vez no sea la mejor persona del mundo pero deberíamos darle una oportunidad ¿no crees?
Lo fulmine con la mirada, pero me relaje, se necesitaba de mucha energía para estar molesta con Mark quien a pesar de todo seguía siendo el mismo Mark comprensivo de siempre ¿Para que esforzarme en esta enfadada?
-          Pero mira lo que le hizo a Corrine –me queje –ella jamás había fletado a clases y lleva sin aparecerse en la escuela tres días, además no pude verla el fin de semana, su madre dice que está enferma y…
-          ¿Enferma? –me interrumpió preocupado.
-          Si su madre dice que Duerme todo el día.
Se levanto pago la cuenta y me indico que saliéramos.
Salí tras de él, eso ya me estaba preocupando.
-          ¿Qué ocurre Mark? –me alarme.
-          He sentido algo mal con la energía de Corrine estos días, no le tome atención, creo que estaba tan ausente por su estado de ánimo. ¿Por qué no lo note antes?
-          ¿Notar que?
-          Llama a Cathy y dile que nos reuniremos en casa de Morgan.
No fue necesario llamarle pues mi celular sonó en cuanto lo saque de la mochila, Marcando el nombre de Cathy en la pantalla.
-          ¿Qué sucede? – pregunto preocupada – sentí que algo iba mal.
-          Mark quiere que nos veamos en casa de Morgan, es urgente –le dije.
-          Ya… ya estoy aquí – admitió con pena.
-          De acuerdo estamos en camino.
Llegamos lo más rápido que pudimos a casa de Morgan, pero la actitud de Mark comenzaba a asustarme pues en junto entramos se abalanzo sobre Morgan.
-          ¡¿Qué clase de guardián eres?! –grito mientras le proporcionaba un golpe.
-          Mark –gritamos Cathy y yo a unisonó.
-          ¿Qué diablos te pasa Mark? –pregunto Morgan mientras lo empujaba lejos de él.
Me preocupe pues Morgan se llevo la mano justo al punto en donde lo habían acuchillado pues Mark lo había lastimado.
-          ¿Sabes algo de Corrine? –le pregunto tratando de mantener la calma.
-          Está enferma –respondió.

-          ¡¿Enferma?! –grito de nuevo – ¡¿Te parece que está enferma?! ¡Esta hechizada, estúpido guardián! ¡El hechizo Sombram el hechizo de la bella durmiente!             

martes, 11 de junio de 2013

Sombras, por Corrine

Hola!, se que me tarde demacia en publicar, no tengo perdon ni excusa, la cosa es que no estaba en mi mejor momento :P super desinspiradas, mis musas se perdieron en el limbo hahahaha pero bueno, que les cuento, espero que disfruten de este capotulo, un poco corto pero en lo personal me gusto. Las dejo leyendo.

Las cosas no parecían cambiar para bien, echaba tanto de menos a la señora Clarens, siempre estuvo para darnos consejos, o al menos, jamás nos había complicado tanto las cosas como esa mujer. No podía llamarla de otra forma, solo era “esa mujer”.
Morgan se ofreció a quedarse conmigo un rato mas después de que me dejaron en mi casa, pero yo estaba tan cansada que lo único que quería era recostarme y dormir. Tal vez, y si tenía un poco de suerte no despertaría, sería maravilloso quedarme dormida para siempre, y alejarme de todos los problemas de todas las personas y del mundo en general.
Para mi desgracia eso no paso, a la mañana siguiente sonó mi despertador pero en esta ocasión no me levante, me quede tirada en mi cama esperando que fuese muy tarde para así no levantarme en todo el día, no quería salir de casa, no quería ir al colegio, simplemente no quería levantarme de la cama.
Mi madre entro media hora después preocupada, y como no si a esas horas yo ya estaría sentada en la mesa desayunando.
-          ¿te Sientes mal? –me pregunto sentándose a mi costado.
Me encogí de hombros y seguí sin moverme, ¿me sentía mal? No lo sabía, jamás me había permitido sentirme mal, tal vez así se sentían las personas enfermas, sin ganas de nada.  
Ella me dio un beso en la frente y acaricio mi cabello.
-          No hay nada que un día de reposo no solucione –me dijo sonriente –llamare al colegio y te subiré tu desayuno.
No dije nada y ella salió con su típico andar.
Me hice un ovillo bajo el edredón y deje que aquella sensación se apoderara de mí, no supe ni cuando me quede dormida pero al despertar mi desayuno estaba en el buro en aquella charolilla de madera que tanto le fascinaba a mi madre.
Tome un poco de jugo de naranja y un par de bocados de la sandia en cubitos y volví a recostarme, llore en silencio, sintiendo como todo se me estaba viniendo encima y fue ahí cuando caí en cuenta que tarde o temprano mis padres se enterarían de todo. Sabía que me odiarían, por ser una Wicca, por no habérselos contado, por no haberles contado sobre mis padres biológicos y no solo me odiarían, se decepcionarían de mí.
¿Por qué? ¿Por qué de las tres yo era la que tenía que sufrirlo todo?
Cathy tenía a si hermano y sus padres la apoyarían, siempre, sin importar nada y Carrie era tan fuerte que solo apretaba los dientes y seguía avanzando, sin importara cuando doliera, ¿Por qué no podía ser como ellas?

Todo era obscuro, ya ni siquiera podía ver una pequeña luz de esperanza, me quede tirada dejando que aquella obscuridad me absorbiera por completo…                                       

sábado, 4 de mayo de 2013

Capítulo Nuevo por Cathy!!!


Antes que nada... Un mega-aplauso para Anny que se rifó (sacó un 10!!) con el nuevo diseño del blog, las imágenes están increíbles y por fin conozco a Alisson jaja
Bueno, pues hemos tenido unas increíbles sorpresas en la historia. Que si Morgan estuvo enamorado de Calixto y bebió de la Fuente de la Eterna Juventud y ahora los Ancianos la cuidan para que él pueda seguir vivo (porque si alguien más bebe de ella Morgan muere =S ) y, además, que Cathy y Morgan ya se dijeron que se aman (Awwww!!), que si Bruce y Alisson son los papás de Corrine y bueno, la decepcionante y fallida relación de Carrie por culpa de Alisson. Ufff!! Muchas noticias!! Muchas noticias!!
Pero, ¿Qué creen?... Así es... No es lo único =S
Vienen muchas más sorpresas, nuevos personajes y... pues para no decir más así... mejor les digo más por medio de la historia...
Las dejo leyendo mis niñas adoradas y adorables!!
Yo soy MaGe y esto es...
VENÉFICAS!!! POR CATHY!!


Cathy
Alguna vez vi una película que iniciaba con la muerte de una chica asfixiada con un dulce llamado "rompemuelas", la chica estaba cumpliendo años y como "festejo" sus amigas la secuestraban, le metían ese dulce en la boca, luego la metían a ella en la cajuela de uno coche y recorrían un largo camino. Para cuando las amigas decidían ir a reírse de la cara asustada de su amiga y abrían la cajuela descubrían que la chica había muerto.
La película se llama: Bromas pesadas.
Y, en este momento, mi vida, la vida de mis hermanas y la mía, es en lo que parecía haberse convertido: Una broma pesada. Y de muy mal gusto, hay que agregar.
Dos semanas, tan sólo dos semanas habían pasado y nuestras vidas habían cambiado todavía más de lo que ya.

- Tienes que hacer algo, lo que ser Morgan pero, no los quiero cerca de mi vida, los odio…
- Te entiendo, Corrine, pero son tus padres, quizá quieras hablar con ellos - mi hermano intervino por parte de ellos. Yo no estaba segura de lo que debía pensar en ese momento.
- Entonces no entiendes nada, como siempre - le reprochó Carrie.
- Este no es... - estaba por repetirle que no era el momento pero Mark me interrumpió levantándose.
- Tal vez Carrie - la encaró - pero tal vez tú debas ser menos egoísta en ese aspecto y empezar a ponerte en los zapatos ajenos para que te puedas dar cuenta de que las personas sienten y sufren con tus ataques irracionales e inmaduros de ira, indiferencia y venganza cuando ni siquiera los dejas explicar lo sucedido o te niegas a escuchar razones...
- ¿Qué se supone que tienen que explicar? - retó ella en respuesta - ¿Cómo la abandonaron? ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué no lucharon por ella?
- Tienen una razón...
- A mí ninguna me parece lo suficientemente fuerte para que hicieran lo que hicieron.
- No fue su culpa, no es que lo hayan querido.
- Pudieron intentar hacer algo, lo que sea ¡Pero no! Y entonces sólo quiere decir que no la querían lo suficiente.
- La amaban, pero a veces hay que obedecer reglas...
- Las reglas no importan en el amor.
- No sabes lo que hubo de por medio...
- ¡Oigan, oigan! - se levanta Corrine interrumpiéndolos - Estamos hablando de mi ¿Recuerdan? Y su discusión definitivamente no va por ahí.
Ellos la miran, se miran a los ojos y, como si fuera una pelea de box, regresan a sus esquinas sin molestarse en ver a los demás.
Me da pena por ambos, pero no digo nada más.
- ¿Qué voy a hacer? Si mis padres van a esa dichosa parrilada y ellos se los dicen... si se enteran... es que...
- Ya te lo dijo Mark, no van a decir nada, no hasta que estés lista.
- ¿Y les crees? - lo reta Corrine.
Morgan se queda callado, ya había dejado bien claro que no lo hacía.
Los pasos del hermano de Carrie se escucharon subiendo y llegando a la habitación.
- Carrie, dice mamá que si se van a quedar a comer tus amigos.
- Enano vete a tu cuarto o algo - lo despide ella con un poco menos de ternura de la regular, si es que eso es posible.
- Pero... ¿Qué le digo a mamá?
- Dile que ahora le digo, después bajo, corre - le ordena de malas.
- Bueno - asiente el niño y se va.
Carrie suspira y nos ve, casi puedo creer que estaba a punto de llorar, pero el atisbo de lágrimas desapareció en segundos.
- Es la sutil forma de mamá para preguntar cuánto se quedarán - nos dice Carrie.
- No te preocupes, creo que mejor nos vamos. Quiero ir a casa - dice Corrine.
- ¿Estás segura? Puedes quedarte si quieres.
- No, quiero estar con mis padres.
- En ese caso, te acompañamos - se ofrece Morgan.
- Gracias - nos sonríe - entonces... nos vemos mañana - se despide de Carrie.
- Adiós - asiente ella y Corrine sale. Tras ella Morgan y yo nos despedimos. Pero poco antes de salir de la habitación escucho lo último de la discusión de Mark y ella.
- Cuando hay amor nada es tan importante. FUISTE UN COBARDE - le dice ella como despedida.
- Yo no lo quería así, Carrie.
- No, pero yo pago las consecuencias.
- Y nuevamente sale tu lado egoísta. No eres la única sufriendo, Carrie - responde mi hermano con el dolor reflejado en la voz y me sigue los pasos.

Al bajar nos despedimos de la madre y hermano de Carrie. Mark se adelanta para platicar y consolar a Corrine mientras que Morgan y yo caminamos detrás.
No hemos podido hablar mucho, y la verdad es que, olvidándome de todo lo demás, hacerlo me da un poco de miedo.
- Quizá no deberías salir, todavía estás débil - le digo para evitar el silencio.
- Se me pasará en poco tiempo, el agua de la fuente tiene que ayudar - me sonríe.
- Morgan...
- ¿Si?
- ¿Podemos confiar en Allison?
- ¿Podemos?... No - ni siquiera lo pensó.
- Pero... Te ayudó.
- Cathy, Allison es una mujer que ve por sus intereses, me intriga el por qué de que me ayudara pero... Seguramente sólo lo hizo porque hay algo detrás como beneficio para ella.
- ¿Lo crees?
- Sí - asiente sincero.
- ¿Y por qué los Ancianos dejarían que una mujer como ella sea nuestra guía? Alguien tan diferente a Clarens.
- Porque, querámoslo o no, Allison tiene un gran poder y, aceptémoslo o no, una gran experiencia que las puede ayudar.
- Tú sabías que es la madre de Corrine - no se lo pregunté, pero igual respondió.
- Sí, y ya sé por dónde vas ¿Por qué no lo dije? - asiento - Porque, como dijo Mark, no era nuestro deber. Y porque es algo que Allison debía decir. En lo que coincido con Mark es que Corrine debería escuchar a Allison y a Ben, yo tampoco justifico lo que hicieron, no estuvo bien, pero quizá su razón no sea tan mala.
- ¿Qué razón tienen?
- No me parece justo que te lo diga antes de que ellos se la expliquen a Corrine ¿Tiene sentido para ti?
- Creo que sí.
- Y Cathy...
- ¿Sí?
- Tampoco podemos hablar de "nosotros".
- ¿De "nosotros"? - él, igual que yo, no sabía cómo llamarlo.
- Es por nuestro bien. Mira cómo les fue a Carrie y Mark.
- Creo que no es momento de hablar de esto, Morgan - le pedí - Esperemos a que se calmen un poco las cosas ¿Si?
- Está bien - me sonríe y seguimos caminando.
Va a ser otra semana muy pesada. Como la broma que esas chicas le hicieron a su amiga... O el triple.

viernes, 22 de marzo de 2013

La peticion de Corrine, por Carrie

Hola de nuevo.
Aqui nuevamente para traeles un nuevo capitulo desde lo mas recondito de los bits de mi computadora, gracias por comentar y leernos, es genial contar con personas como ustedes que nos apoyan como lo hacen ;)
Sin mas las dejo Leyendo


Las cosas parecían tener mejor perspectiva ahora, por supuesto, en lugar de ver el vaso medio vacío como antes ahora lo veía medio lleno, mas porque me dedicaba las horas en pensar como vengarme de esa brujas que en sentarme a sentir lástima de mi misma, después de semanas comenzaba a sentirme más como yo.
Volví a casa después de que Mark llego a casa de Morgan, aunque era ridículo e infantil, aun no quería verlo pero no me quedaba de otra, Mark era nuestro ángel y no había forma de evitar que formara parte de mi vida cotidiana.
Al llegar a casa me sorprendí al ver a mi madre preparando la cena y a mi molesto hermano menor ayudándole.
-          Llegas temprano hoy –dijo mi madre con una sonrisa.
-          No tenia gran cosa que hacer –le respondí.
-          La nueva vecina nos ha invitado a una parrillada el sábado –me informo mi hermanito.
-          ¿Qué nueva vecina? –me extrañe.    
-          Una tal Allison –respondió mi madre –acaba de mudarse al vecindario con su marido.
¿Allison? No, tenía que ser una coincidencia, además había muchas Allison en el mundo,  no podía ser la misma.
Aporrearon la puerta con fuerza y me puse a la defensiva de inmediato.
Cuando la abrí me quedé pasmada, Corrine estaba hecha un mar de lágrimas a punto de derrumbarse y al verme se arrojo a abrazarme.
-          ¿Qué pasa, Corrine? –me asuste – ¿Le paso algo a Morgan?
Ella negó de inmediato pero siguió llorando.
No podía contener los sollozos y yo me sentía muy impotente por no poder tranquilizar a mi hermana, mas aun por no saber qué era lo que la hacía sufrir.
Subimos a mi habitación y eche el pestillo a la puerta.
-          ¿Qué te pasa? –le pregunte preocupada.
-          Es mi padre –dijo entre sollozos –ha vuelto.
Se me callo la quijada de la impresión pero trate de recomponerme rápido.
-          ¿Quién es tu padre?
-          Bruce, el nuevo profesor, es mi padre –estallo.
Ya no podía descifrar si estaba triste o enfadada, creo que era una combinación de ambas.
-          ¿Quién te lo dijo? –interrogué.
-          Allison, ella me lo dijo –soltó con rabia.
-          ¡Esa perra! –sisee frustrada.
-          Eso no es lo peor, el es el esposo se Allison –ahora parecía estar más enfadada.
¿Allison estaba casada con el padre de Corrine?... Entonces… entonces…
-          ¡Allison es mi madre! –grito – ¡La mujer que nos ha destrozado la vida, es mi madre!
Se tiro en la cama cubriéndose el rostro sollozando aun mas fuerte pero el sonido se amortiguaba por las palmas de sus manos.
Allison era la madre biológica de Corrine, no tenía sentido, ¿Por qué lo oculto? Eso explicaba por qué Morgan la aborrecía tanto, ella había abandonado a Corrine y él lo sabía, por eso le molestaba tanto que la hubieran elegido como nuestra guía, porque no fue capaz de quedarse a proteger a Corrine cuando era una bebé indefensa.
-          Y la maldita tuvo el descaro de invitar a mis padres a su parrillada –dijo más tranquila – ¡Va a romperles el corazón!
No sabía que decir, la abrace.
Unos golpes tímidos tocaron mi puerta.
-          Ahora no mamá –le pedí.
-          No soy tu madre –dijo Cathy.
-          ¿Quieres abrir? –me pidió Morgan malhumorado.
Me levante abrí la puerta y los deje pasar, incluyendo a Mark quien acompañaba a Cathy y Morgan.
Mark abrazo a Corrine y Morgan se paró a mi lado.
-          Tranquila, no van a decir nada –le susurro Mark.
-          Por el momento –contradijo Morgan.
Mark fulmino a Morgan con la mirada.
Me estaba confundiendo, Morgan y Mark lo sabían, claro… pero, por que no habían dicho nada.
-          No era nuestro deber – me dijo Mark.
Mar siempre fue bueno para saber lo que pensaba.
-          Claro –bufe –como siempre tu deber es primero, nada más te importa ni Cathy y Morgan o nosotros ¿cierto?
El recibió mis palabras como un golpe y el dolor se noto en su mirada y por algún motivo sentí satisfacción al verlo. Estaba entrando en esa fase de, “si yo sufro tu sufrirás conmigo”.
-          Este no es el momento Carrie – dijo Cathy tratando de tranquilizar mi ira.
-          No quiero verlos – murmuro Corrine – no quiero que estén cerca de mí, no quiero que me hablen.
-          Puedo hacerlos desaparecer, ya sabes solo necesito cloroformo, una cuerda, un par de escaleras y una cabra –dije tratando de hacer una broma.
Corrine sonrió levemente y miro a Morgan.
-          Tienes que hacer algo, lo que ser Morgan pero, no lo quiero cerca de mi vida, los odio…   

miércoles, 20 de marzo de 2013

Paternidad, por Corrine

Hola!
Espero que les este gustando como va esto, pues bueno, les traigo un nuevo capitulo, disfrutenlo.
Las dejo leyendo


Habían sido días agotadores, en especial para Cathy, aunque claro, todas estábamos preocupadas por Morgan, para ella era una tortura, después de todo lo amaba.
En segundo plano estaba Carrie, la cual estaba de pésimo humor, y no dejaba de despotricar en contra de las brujas por atacar a su mejor amigo y la venganza se había convertido en su palabra del mes.
Y en tercer plano estaba yo, tan preocupada por todo el mundo, mis padres entraban en la categoría de preocupación principal, más por el hecho de que mis padres biológicos aparecerían en cualquier momento tratando de arrebatarme por la fuerza del mundo que conocía y del que no me quería alejar.
Carrie y yo estábamos en la escuela, en clase de idiomas, aunque hacia casi dos semanas que no había profesor de idiomas, por un extraño motivo y después de casi quince años de dar clases de idiomas solo renunció y se fue, se fue del su casa y del pueblo, solo dios sabe por qué motivo.
Recargue mi cabeza en mis manos con una total sensación de monotonía y me quede mirando al pizarrón fijamente.
-          Cathy me envió un mensaje – me dijo Carrie – dice que Morgan despertó.
El tono sombrío de Carrie había desaparecido, pero seguía teniendo esa chispa en la mirada, la que había dejado tras cuando ella y Mark rompieron. Sonreí por eso.
-          ¿Qué te parece si vamos a verlo saliendo de clases? –le ofrecí.
-          Supongo que madame perfección no planea irse de pinta, ni siquiera por que su guardián –murmuro en tono de burla.
-          ¡Carrie! –me alarme.
-          Solo bromeo –me tranquilizo.
La puerta del salón se abrió de golpe y entro un señor con un maletín, lo dejo caer en la mesa y se recargo en el escritorio.
Me quede como tonta mirándolo, en su mirada llevaba un dejo de misterio que impactaba, aunque el aura que lo rodeaba parecía ser completamente obscura.
-          Buenos días –saludo –yo soy Bruce y seré su nuevo profesor.
Se formo tención en el salón, o al menos eso fue lo que yo sentí.
-          Antes de comenzar, primero me gustaría conocerlos primero así que se presentaran uno a uno, dirán su nombre y un dato curioso acerca de ustedes.
Así fue como comenzó, cada uno de nuestros compañeros se fue presentando y diciendo algo sobre ellos hasta que llegaron a Carrie y de inmediato me puse nerviosa porque después de ella seguía yo.
-          Yo soy Carrie Kendal y toco la guitarra –dijo encogiéndose de hombros.
-          Genial – le sonrió el profesor – ¿tienes alguna banda favorita?
-          Es un empate entre Nirvana, los Beatles y Patti Smith. 
Me levante del mi pupitre mirando el piso, me sentía tan insegura.
-          Yo… me llamo… –comencé a susurrar – soy Corrine Abbot.
Me senté de inmediato evitando la mirada de todos, por algún motivo aquel señor me ponía de nervios, no recordaba haberme sentido tan indefensa e insegura en mi vida.
-          ¿No dirás nada más Corrine? –me pregunto el profesor.
Negué de inmediato.
-          Por supuesto – comenzó a reírse uno de mis compañeros – ninguno de nosotros, los plebeyos, merecemos saber detalles de la vida de la princesa Abbot.
-          Cierra la boca o vas a tragar agua de inodoro –lo amenazo Carrie.
Comenzó una especie de batalla de insultos en el salón y yo me percate de que el profesor no me quitaba la mirada de encima.
El resto del día se me hiso lento y tedioso, a diferencia de Carrie, quien había vuelto a ser la misma chica de antes, la chispa que encendía el cerillo.
Llegamos a casa de Morgan y parecía muy sonriente, al igual que Cathy y tenía sentido pues hasta hace unas horas Morgan estaba muriendo.
-          Te taje los apuntes –le dije a Cathy al pasar por su lado.
-          Gracias.
-          ¿Te pasa algo? –me pregunto Morgan.
¿Qué si me pasaba algo? Pues claro que me pasaba, me pasaban muchas cosas.
Le sonreí y negué con la cabeza.
A los poco minutos llego Mark con comida china y como siempre Carrie desapareció al instante, eso del acto de desaparición comenzaba a fastidiarme.
Al momento de salir Carrie entro Allison y tras de ella el profesor de idiomas.
-          ¿Qué hace el aquí? – pregunte alarmada.
-          El es mi marido – respondió Allison quitándole importancia.
-          Magnifico – bufo Morgan – ahora los dos están reunidos.
Allison pasó por su lado y se paro junto a Mark.
-          El sábado aremos una parrillada en nuestra casa – comunico Allison –he hablado con sus padres y asistirán.
-          ¿Para qué nos quieres en tu casa? –no pude evitar desconfiar.
-          Es solo para hacer las pases –dijo Mark.
-          Y seguramente fue tu idea ¿no? –gruño Morgan.
El y Mark tuvieron una pequeña batalla de miradas pero al final Morgan cedió y rodo los ojos.
-          Lamento lo de en la mañana –me dijo el profesor –es solo que tu forma de responder me recordó a tu madre.
Me quede completamente muda por la sorpresa y también estática.
-          ¿Tú conociste a su madre? –pregunto Cathy sorprendida.
-          Te sorprenderás de cuanto –le respondió Morgan.
-          La cosa es, Corrine –intervino Allison – que Bruce es tu padre…    

domingo, 17 de marzo de 2013

Morgan y Cathy!!

Hola hola!! Me toca capítulo en Venéficas y claro, Cathy está de regreso pero primero un poco de lo que pasó con Morgan tras tantos secretos de lo que se habla en el capítulo anterior.
Sin más las dejo leyendo, agradezco sus comentarios, nos animan mucho a seguir y espero, de todo corazón, que este capítulo les encante ;)

Morgan
Salí de la casa azotando la puerta con brusquedad. No pensaba soportar más los lloriqueos de una mujer que ahora decía que se arrepentía por sus acciones cuando no hizo nada para remediarlos durante 16 años o, aún peor, durante sus pocas semanas con nosotros.
Caminé por las calles con un rumbo en el subconsciente y sólo un rumbo: La casa de Cathy.
Me quedé frente a su casa. Si Mark estaba en mi casa y Corrine y Carrie en las suyas, ella debía estar sola. Un impulso me hizo dar un paso hacia su puerta. Sólo lo hacía para que estuviera a salvo, por si alguien atacaba... No iba a hacer otra cosa... Ni siquiera platicaríamos, seguramente.
Eso me detuvo. Últimamente ni hablar podíamos.
Decidí regresa a casa, pero alguien me detuvo.
- ¿No vas a entrar? - me preguntó esa voz conocida.
Me giré de inmediato con el corazón acelerado.
- Es una lástima - dijo la otra con un fingido gesto de dolor - Estoy seguro que le encantaría tenerte cerca.
- Podríamos preguntarle - sonrió la otra dirigiéndose a la casa.
- No se te ocurra dar un paso más, bruja - la amenacé.
- ¿O qué, guardiancito de cuarta? - se adelantó otra de ellas hacia mí - ¿Me vas a soplar con tu viento demoledor? - ironizó.
- Algo mucho mejor - dije y empecé a formar un torbellino en mis manos.
Girando, girando, girando y entonces se los arrojé sin vehemencia, dos de ellas lo esquivaron, pero la tercera no pudo.
Yo contra las tres brujas rubias. Sabía que no podría matarlas, pero pensando positivamente quizá les diera una buena lección.
Otra de ellas, la verdad no me iba a poner a pensar en sus nombres para atacarlas, me arrojó de su boca algo parecido a espinas y no tuve que meditarlo para saber que eran venenosas, así que las esquivé de inmediato.
- Morgan - canturreó la tercera y me atacó con su cuchillo. La detuve por poco y la empujé lejos de mí.
La otra seguía en medio del torbellino, tratando de escapar.
- ¡MORGAN! - gritó Cathy saliendo de su casa y la tierra tembló a mi alrededor dejando un surco que me aisló de las tres brujas.
- La heroína al rescate - se burló una de ellas y atacó a Cathy con una especie de hechizo en polvo que desvié con una ráfaga de viento.
Cathy corrió hasta nosotros, dejó prensada de las piernas a la escupe espinas con una enredadera resistente y yo volé hasta la del cuchillo sosteniéndola por detrás fuertemente. Cathy le quitó el cuchillo y se lo clavó en el corazón. La bruja cayó entre gemidos de dolor y las otras hicieron lo mismo, como si estuvieran conectadas.
Apenas fui consciente de lo que pasó después. La bruja en el torbellino logró escaparse, saltó a la calle, nos miró, miró a su hermana y desapareció, la del cuchillo también había desaparecido, pero la tercera, la de las enredaderas en las piernas, escupió espinas de nuevo. Cathy trató de detenerlas levantando un muro de tierra pero éstas traspasaron el muro e iban directo hacia ella.
Yo ni siquiera lo pensé, me interpuse y las cinco espinas se clavaron en mi espalda.
La bruja desapareció después, Cathy me sostuvo entre sus brazos y yo me desmayé.

Dormí mucho, no sé cuánto, toda una vida, quizá más. Reviví todos y cada uno de mis días, sintiendo y pensando exactamente lo mismo. Fue doloroso en incontables ocasiones, pero terminaron por pasar y el sol salía de nuevo.
Toda una vida ¿Cuánto era eso para mí? ¿Qué significaba la vida en realidad?
Desperté... no sé cuándo. Tenía la boca seca y me dolía todo el cuerpo, incluso los párpados al momento de abrir los ojos.
- Morgan - Esa voz era de... No, no podía ser...
- ¿Calixto? - pronuncié con mucha dificultad.


Cathy
- ¿Calixto? - dijo entre sueños, con fiebre todavía y quejándose mucho.
Me levanté, no tenía caso seguir ahí si él sólo llamaba a Calixto.
- Todas somos Calixto - me dijo Corrine para darme ánimos - Quizá por eso lo diga tanto, nos llama a nosotras, o a ti pero con tu nombre original.
No, no era por eso y lo sabíamos muy bien, él llamaba a Calixto, no sé a cuál de las muchas que hubo, pero llamaba a una Calixto, no a nosotras, y definitivamente no a mí.
Caminé por el cuarto sintiéndome de todo. Preocupada, enojada, triste, preocupada otra vez, más enojada y preocupada nuevamente.
Y entonces lo escuché quejarse de nuevo.
- Agua - dijo entre sueños.
- Tranquilo, está bien, la traeré.
- Agua - repitió de nuevo.
- Sí, aquí hay agua, te serviré.
- No, agua no. Calixto agua no... Calixto... el hombre, él dijo... agua no...
- Está bien, tranquilo Morgan no te daré nada.
- Agua...

Pasaron días así. Entre las chicas, Mark y yo lo cuidábamos casi todo el tiempo. Ya había pasado casi una semana y él no reaccionaba. Pero era lógico. Alisson nos dijo que el veneno de aquellas espinas se llama Veneno del Tiempo y nunca se sabe qué tan largo será el periodo de sufrimiento, o qué tan letal puede ser. Pero esperábamos que la inmortalidad de Morgan lo pusieran mejor muy pronto.
Dos semanas. Ni siquiera iba a la escuela, sabría que tendría muchos problemas pero no me importaba. Necesitaba cuidarlo, necesitaba estar ahí aunque él sólo llamara a Calixto.
Pero una mañana, Morgan se puso peor y yo estaba sola con él.
Empezó a quejarse, empezó a retorcerse y finalmente se arqueó para vomitar sangre.
- Morgan, Morgan - le pedí acercándome a él - Morgan, Morgan, háblame - empecé a llamarlo cuando se recostó de nuevo, con problemas para respirar - No, Morgan, no me dejes. ¡Morgan no! Morgan.
Pero Morgan no reaccionaba. Los espasmos lo recorrían y de pronto ya no respiró más.
- ¡Morgan! Morgan despierta, no me dejes... No me dejes Morgan.
Lloré sobre su pecho. ¿Qué hacía? ¿A quién llamaba? Mark no lo podía salvar, lo intentó varias veces, el veneno era muy fuerte, fuera de su alcance.
- Te amo - dije derramando lágrimas sobre su pecho.
"No me dejes" "No me dejes" "No me dejes"...
- Cathy - llamó una voz dulce a mis espaldas - Déjalo, Cathy.
- ¿Alisson? - me levanté y me di cuenta de que ya no estábamos en la habitación.
- Déjalo Cathy, no puedes hacer nada por él - su voz era dulce, pero no podía olvidar que ella nunca lo había sido con nosotras.
- Vete - le pedí.
- Alisson sólo quiere ayudar, Cathy - me dijo otra voz, una voz grave esta vez.
- ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres?
- Es uno de los ancianos, Cathy. Ven conmigo.
- ¿Y Morgan?
- Ven, confía en ellos.
- Me quiero quedar con él.
- Está bien - aceptó el anciano - Alisson - le dijo después y abrió una especie de portal al lado de nosotros, entre los verdes arbustos.
- ¿Y si él no quiere? - preguntó otra voz que no supe reconocer de dónde venía.
- Ya lo hizo una vez - respondió el anciano.
- Sí, y por eso ha vivido muchos años. Quizá lo mejor sea que dejemos que...
- No - dije yo entendiendo lo que veía frente a mí. Un hermoso estanque, con el agua más cristalina que jamás se hubiera visto y un aroma dulce que definitivamente no era de agua normal - Denle el agua.
Alisson se adentró y se inclinó sobre el estanque, recogió el agua con sus manos y regresó con nosotros.
- ¿Están seguras de que es lo que Morgan quiere? - nos preguntó la otra voz - ¿Estás segura de que no es lo que quieres tú, Cathy?
- Él... - "Él no querría dejarme" - dale el agua - le pedí a Alisson y ella la vertió sobre su boca.
Un brillo se extendió sobre su pecho, debajo de mis manos. Casi dejé de respirar. El brillo desapareció y, tras unos segundos su pecho empezó a respirar normalmente.
Respiré aliviada y lo abracé.
- Regrésalo a casa - escuché de nuevo la voz del anciano y el paisaje se disolvió dejando la habitación nuevamente.
Alisson seguía ahí.
- No tardará en despertar y seguro querrás hablar con él. Estaré en la cocina.
- Espera - le pedí - ¿Por qué hicieron eso? Los ancianos ¿Por qué?
- Morgan no puede morir y lo saben...
- Tú se los pediste ¿Cierto? - adiviné.
- No estaba segura de que fuera lo mejor. Como la mujer dijo. Morgan ha vivido muchos años, y la mayoría no han sido del todo buenos, quizá lo mejor hubiera sido dejar que muriera...
- Pero... - le pedí que continuara.
- Pero... - se quedó callada un momento - Pero nada. Espero que haya sido lo mejor.
Sin más se fue de la habitación.
Y como ella dijo. Morgan no tardó en despertar.
Le sonreí cuando abrió los ojos.
- Cathy - susurró como adormilado y sonriendo también - ¿Qué me pasó?
- ¿No recuerdas nada?
- Las espinas - asintió - ¿Qué pasó? ¿Cómo mejoré? Ese veneno es letal.
- Y... estabas muriendo.
- ¿Entonces? - me preguntó.
- Alisson habló con los ancianos. Te dieron agua de... la fuente.
- ¿La fuente...? - sus ojos se ensombrecieron - ¿Dónde está, la viste?
- No sé, pero sí la vi. ¿Hicimos mal en darte de beber el agua?
- ¿Por qué crees eso?
- Ya habías bebido de ella ¿No? Viviste muchos años debido a eso. Eres inmortal por esa agua.
- ¿Te lo dijeron ellos?
- No exactamente.
- Sí - aceptó después de un rato - bebí hace muchos años.
- ¿Y eres... feliz? ¿Has sido feliz? O... ¿Hubieras preferido morir?
- Hubiera... ¿Quieres que te cuente mi historia?
Asentí.
- Yo... era un muchacho rebelde, buscaba problemas, aventuras, cosas nuevas todo el tiempo. Dejé a mi familia con la idea de viajar por el mundo, pero lo cierto es que no llegué muy lejos.
- ¿Por qué? - me atreví a preguntar.
- Por Calixto.
Una punzada me dio directo en el corazón.
- La conocí en un río, se estaba bañando cuando la vi por primera vez. Era hermosa, no podía apartar mi mirada a pesar de que sabía que estaba haciendo mal con mirarla. Cuando ella me descubrió me sonrió, y me enamoré. Le conté mi historia, me moría de hambre y me llevó a su casa. Vivía sola en una cabaña lejos del pueblo, me dio de comer y me pidió que me quedara a dormir, después me pidió que me quedara un par de días y, finalmente, me terminé quedando indefinidamente. Me contó su secreto y a pesar de que en aquél entonces la magia era... algo espantoso, no me importó. La amaba como no tienes idea, y ella me amaba a mí. Nos divertíamos mucho juntos, su carácter, su forma de ser, todo en ella era... perfecto. Y así pasaron muchos meses de felicidad. Pero un día su pueblo fue saqueado, yo estaba ahí, comprando unas cosas que necesitábamos. Eran demonios que la buscaban, corrí a casa a advertirla, pero cuando llegué ella ya estaba peleando con uno. Lo mató, como era de esperarse, y yo hubiera celebrado con ella, pero el demonio, en plena batalla, me hirió gravemente. Ella intentó hacer de todo para salvarme. Hechizos, pócimas, nada funcionó y ni su ángel ni su guía pudieron hacer nada por mí, después de todo era un simple mortal. En mis últimas fuerzas ella decidió llevarme a un lugar del que pocos sabían y nadie conocía. La Fuente de la Eterna Juventud. Estaba en la cima de una montaña, yo llegué muriendo, pero decidido con beberla porque quería estar con ella, además, no sabíamos que con esa fuente me haría inmortal, creímos que sólo me salvaría y viviría, si acaso, más años de los normales, pero no tantos.
En la fuente nos encontramos a un hombre que la custodiaba. Era un anciano, pero no me refiero a un anciano de aspecto ni de los Ancianos que nos rigen, sino a un hombre de unos 35 años que en su mirada reflejaba una edad exagerada. Nos advirtió que no bebiéramos, porque sólo un hombre puede ser inmortal debido a la fuente, y aunque él esperaba la muerte sin miedo, no quería que bebiéramos por un acto de arrebato. Ni a Calixto ni a mí nos afectaron sus palabras y yo bebí. En seguida sentí la vida recorrerme. Y el hombre murió en ese momento. Pensamos que todo sería felicidad otra vez, pero no fue así. Los Ancianos, los que nos rigen, nos orbitaron de inmediato con ellos y nos sentenciaron por nuestro delito. Un mortal como yo no debía beber el Agua de la Fuente de la Eterna Juventud, el hombre que la custodiaba había sido un mago y Calixto había sido egoísta al olvidar que yo era un simple mortal debido al amor que me tenía.
Su castigo fue no volverme a ver y el mío, quedarme a custodiar la fuente en aquella cima de aquella montaña. Fueron años de delirio. Era un bello lugar pero yo quería estar con ella. Perdí la cuenta de los años, ya no me importaban, yo no envejecería, pero conservaba la esperanza de volver a verla y por eso no me dejaba morir ni que nadie encontrara la fuente, no quería morir.
Al cabo de muchos años, un Anciano bajó a verme. Calixto había muerto y a mí me ofrecían un trato. Ser el Guardían de las reencarnaciones de Calixto a cambio de cuidar la fuente por mí. Nadie la encontraría en sus manos, yo no debía preocuparme por morir de pronto y, aunque no era lo que esperaba, ellos hablaban de reencarnaciones. Quizá una de esas reencarnaciones me amara como yo a ella.
Pasaron más de 500 años, Cathy, pero al fin llegaste. Una nueva Calixto a la que yo puedo amar, incluso aún más de lo que la amé a ella - me sonrió.
- Y yo también te amo - me acerqué a sus labios y lo besé sin más.

Ufff. Capítulo Largo!! ¿Qué opinan? ¿Les gustó?

miércoles, 6 de marzo de 2013

Supuesto Aerrepentimiento, por Morgan

Heme aquí una vez más para traerles un capitulo nuevo, un poco corto lo sé pero les prometo que el siguiente será un poco más largo y revelador ;)
Esta vez Morgan aparece ante sus ojos y no les digo mas
Las dejo leyendo  




¿Cómo me sentía en ese momento?
Era fácil resumirlo, estaba enfadado, indignado, impotente y a pesar de ser de los chicos que piensan que golpear a una mujer es un suceso horrible quería sacarle los ojos a Allison.
Corrine parecía estar destrozada, Carrie y Mark pasaba por un letargo de agonía y Cathy sufría por todos. Desde que Allison a apareció no hiso más que causarnos dolor, problemas, caos y al parecer eso no le importaba en lo más mínimo.
Tenía esa sensación de estar en  una pesadilla de esas en las que quieres gritar y correr pero por más que lo intentas tus labios están sellados y tus pies se encuentran clavados al suelo, incluso me sentía vacio. Había pasado ya tiempo desde que me sentía así, mucho en realidad, mas del que me gustaría admitir.
Carrie estaba acurrucada en mi sofá, se había quedado dormida llorando y al verla así mis deseos de acecinar a Allison se intensificaron, esa mujer se estaba encargando de destruir todo, Carrie era una de esas chicas que solía poner la otra mejilla y jamás bajaba la mirada, no lloraba con frecuencia y esos últimos días lo único que hacía era llorar.
Me había quitado a Cathy y ahora se estaba llevando a mi Carrie, mi mejor amiga.
Tuve que dejar a Carrie pues los sabios y no tardaron en aparecerme frente a ellos.
-          ¿Qué tal va todo? –me pregunto Allison en cuanto me vio.
Trate de ignórala prestando atención a aquellos ancianos que estaban frente a nosotros.
-          Ha llegado el momento de que algunos secretos salgan a la luz –dijo uno de ellos.
-          Supongo que es inevitable –repuso Mark
-          Hemos analizado a situación de Corrine y lo más seguro para ella es quedarse con Allison –ordeno la sabia inquisidora.
Apreté los puños y baje la mirada al suelo.
Justo hace casi medio siglo yo había estado frente a estos hombres muestras deliberaban mi castigo, la sabia inquisidora fue quien me perdono la vida, pero ahora estaba condenando a Corrine a pasar por mas sufrimiento.
Ellos también estaban disfrutando del dolor de las chicas.
-          No es por eso Morgan –replico el sabio mayor –creo que están juzgando por acciones correctivas que hemos ordenado nosotros, creo que deberían darle a Allison el beneficio de la duda.
-          Ni muerto –replico Mark –no confió en ella.
Los sabios se quedaron perplejos ante la respuesta de Mark.
-          Tampoco pienso hacerlo, ella ha cometido demasiados errores, incluso desde mucho antes de pasar a ser la guía –secunde a Mark.
-          No puedes seguir juzgándome por sucesos de hace dieciséis años –se defendió Allison.
-          Habían más opciones –le reproche con rabia.
-          Ponte en mi lugar Morgan –esta vez sonó suplicante -¿Qué hubieras hecho tu?
-          Yo me quede – le recordé – incluso a pesar de arriésgalo todo, a pesar de que casi termine loco en el transcurso… yo –no pude continuar pues me quede sin voz
-          Y Clarens – dijo Mark – ella fue la que se llevo a Corrine y la puso a salvo, no como tú que huiste, que la dejaste a su suerte.
Allison parecía torturada y de dejo caer al piso de rodillas con los ojos llenos de lágrimas.
-          Basta chicos –pidió el sabio mayor
-          Lo siento –dijo entre sollozos –lo siento en verdad.
De pronto aparecimos en mi casa, los tres, Allison Mark y yo.
Ella seguía llorando bastante y Mark y yo nos quedamos perplejos.
-          Van a tomar una decisión – dijo Mark – por eso nos han enviado de vuelta.
Solo se escucharon los sollozos de Allison por un buen rato y yo fui a la sala en donde había estado Carrie, ya se había ido y me dejo una nota en la mesa.
                                                                
Nos vemos en el colegio
 Carrie

Algo simple y corto, son disculpas ni nada, esa se parecía a la Carrie que no lloraba casi todo el tiempo.
Los sollozos de Allison comenzaron a sacarme de quicio.
-          ¿quieres dejar de llorar? –le espete –a nadie convences con tus falsas lagrimas de arrepentimiento.
Ella me miro atónita y se seco las lágrimas.
-          ¿Qué quieres que haga para que me perdonen? –pregunto.
No supe que responde, en todo caso solo las chicas eran las que tenían que responder a eso.
-          Yo sé una manera – dijo Mark –comienza a apoyarnos a nosotros a las chicas, gánate su cariño y gánate nuestro perdón, es la única forma.
Mire a Mark con recelo, ahora se estaba poniendo de su parte, de ser por mí la mandaría a Tombuctú con su teatrito de  “estoy muy arrepentida”. Pero claro, si Mark se había convertido en el ángel era por su bondad y su capacidad de perdonar.
Estaba seguro de que por lo menos Carrie estaría de mi lado, que esa mujer jamás obtendría su perdón.

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